Europa necesita reforzar su inmunidad

La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió que el Viejo Continente se ha vuelto cada más vulnerable frente a las sacudidas, como los aranceles estadounidenses, y de que está rezagado en campos propulsores del futuro crecimiento, como la inteligencia artificial. Propuso una serie de reformas radicales para mantener el protagonismo económico de la Unión Europea (UE).

En una reciente conferencia bancaria en Fráncfort (Alemania), la dirigente del BCE puso de relieve la dependencia europea de terceros países en materia de seguridad y suministro de materias primas críticas.

La UE importa más del 90 por ciento de las tierras raras que consume desde China y aproximadamente la mitad del gas que utiliza proviene de Estados Unidos. A este socio del otro lado del Atlántico, el bloque le prometió recientemente comprar productos energéticos por valor de 750 mil millones de dólares. Ante la amenaza de Washington de imponer un arancel del 30 por ciento, el PIB de la UE en el segundo trimestre de 2025 marcó un pobre 0,2 por ciento respecto al trimestre anterior. El incremento fue de solo 0,3 puntos cuando, a finales de julio, se logró un acuerdo arancelario del 15 por ciento.

Lagarde expuso una preocupante realidad: a medida que la coyuntura internacional se vuelve más compleja y las crisis globales cobran mayor tangibilidad, el mercado europeo se estanca, especialmente en áreas que sentarán las bases para el crecimiento futuro, como la economía digital y, en particular, la inteligencia artificial (IA). La rigurosidad de la Ley de IA, vigente desde agosto de 2024, hace que la UE se quede rezagada frente a Estados Unidos y China, que se consideran capaces de innovar más rápidamente, con menores costes o con infraestructuras más sólidas.

La economía europea depende tradicionalmente de la exportación de renglones clave como automóviles, equipos de fabricación y productos farmacéuticos. Sin embargo, este modelo ya no es eficiente dada la desaceleración económica del continente en los últimos años frente a las perspectivas de Estados Unidos y China. El PIB de la UE en 2023, 2024 y pronosticado para 2025 es de 0,4; 1,1 y 1,4 por ciento, respectivamente, mientras el de Estados Unidos es de 3,1; 2,8 y 1,9, y el de China se sitúa en 5,2; cinco y 4,8.

De acuerdo con Lagarde, la UE debe fortalecer la economía doméstica para usarla como punta de lanza frente a un mundo lleno de incertidumbres. Se trata de una inevitable tendencia en medio del actual acontecer internacional, evaluó la ejecutiva, y sugirió una serie de reformas para impulsar el crecimiento regional.

La fragmentación del mercado financiero de la UE obstaculiza la movilización de grandes cantidades de capital de las empresas del Viejo Continente. Entretanto, una gran cantidad de ahorros se dirige fuera del bloque, principalmente a Estados Unidos.

Por consiguiente, la UE pretende configurar un mercado financiero unificado centrándose en la eliminación de las barreras legales y regulatorias transfronterizas. Una manera de hacerlo consiste en perfeccionar la alianza de bancos regionales mediante la creación de un mecanismo de supervisión único liderado por el BCE para monitorizar los grandes bancos.

Al mismo tiempo, el bloque intentará crear una unión de mercados de capitales mediante la armonización de las normativas concursales e impuestos para fomentar las inversiones transfronterizas, y la facilitación a las empresas interesadas en emitir acciones o bonos en toda la UE.

Respecto a la economía digital, la Comisión Europea anunció recientemente el paquete legislativo Ómnibus Digital, cuyo objetivo es simplificar las normas sobre esta materia. Esto supone un paso estratégico para crear un entorno empresarial más favorable, flexibilizar la normativa sobre la IA, reducir costes y trámites administrativos y mejorar la capacidad de innovación de la economía digital europea.

La iniciativa supondrá un ahorro de hasta cinco mil millones de euros en costes administrativos de aquí a 2029 para las empresas y otro de 150 mil millones gracias al modelo European Business Wallets. Se trata de un avance trascendental que ayudaría a Europa a mantener su competitividad en la era digital.

Aun así, cualquier ley que vaya a regir en el bloque de los veintisiete debe atravesar un espinoso proceso de ideación, negociación, aprobación y entrada en vigor. Requiere tiempo y una gran determinación política por parte de todos los miembros.

Es indudable que la UE encara enormes retos en sus esfuerzos por desplegar reformas destinadas a aumentar la resistencia de la economía continental. De ser fructuosas, estas medidas ayudarán a reforzar a la alianza como una de las principales potencias económicas del mundo.

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