Reafirma Unión Europea su papel en la lucha contra el cambio climático

La Unión Europea (UE) se encuentra en una carrera contra el tiempo para aprobar su nuevo objetivo climático antes de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30), prevista para este mes.

La bandera de la Unión Europea ondea frente a la sede de la Comisión Europea en Bruselas, Bélgica. (Foto: Xinhua)
La bandera de la Unión Europea ondea frente a la sede de la Comisión Europea en Bruselas, Bélgica. (Foto: Xinhua)

Atrapada en múltiples desafíos, la Unión de la bandera azul enfrenta una fuerte presión para mantener su papel de liderazgo en la lucha global contra el cambio climático.

Durante décadas, la UE se ha enorgullecido de ser un referente en la defensa del planeta. Su Sistema de Comercio de Emisiones, el Pacto Verde Europeo y sus logros en materia de energías renovables son prueba de su capacidad para liderar la transición energética mundial. Gracias a sus esfuerzos constantes, la Unión ha reducido sus emisiones en un 37 por ciento con respecto a los niveles de 1990 y se ha convertido en el mayor financiador mundial de programas climáticos, con 31 mil 700 millones de euros en 2024. Sin embargo, este “viaje verde” enfrenta obstáculos que ponen en riesgo la adopción del objetivo de reducción de gases de efecto invernadero para 2040.

La reducción de las emisiones en un 90 por ciento para 2040 se considera un paso esencial para que la UE siga avanzando hacia la neutralidad de carbono en 2050. El establecimiento de este objetivo climático para 2040 proporcionará la base legal necesaria para que los Estados miembros y las empresas puedan plantear sus estrategias de desarrollo a largo plazo. También consolidará la posición del bloque como líder mundial en la contención del calentamiento global, uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la comunidad internacional.

No obstante, la falta de consenso interno ha retrasado repetidamente la aprobación del plan. El principal punto de fricción es cómo equilibrar la ambición climática con el desarrollo económico. Algunos países de Europa Central y Oriental consideran que el objetivo del 90 por ciento de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero es inalcanzable y podría aumentar la presión sobre las economías más vulnerables del bloque. El primer ministro checo, Petr Fiala, opinó que la hoja de ruta para la reducción de emisiones debe ser flexible y capaz de adaptarse a los futuros cambios económicos, tecnológicos y geopolíticos.

A su vez, varios líderes temen que una reducción drástica de emisiones provoque un aumento de los costes energéticos y afecte el nivel de vida de los ciudadanos, así como las actividades de producción de las empresas. En un contexto de creciente competitividad global, muchos gobiernos se niegan a sacrificar el crecimiento en favor de la sostenibilidad. El canciller alemán, Friedrich Merz, considera que la lucha contra el cambio climático es esencial, pero debe llevarse a cabo sin poner en riesgo la competitividad industrial europea.

Para abordar estas preocupaciones, en la reciente cumbre de la UE, los Estados miembros propusieron incluir una “cláusula de flexibilidad” en el compromiso climático de 2040 que permita ajustar los objetivos de reducción si es necesario. La Comisión Europea también estudia modificar ciertas medidas, como el control de los precios en el mercado de carbono, el aumento del impuesto fronterizo al carbono y el aplazamiento de la prohibición de los motores de combustión. Los analistas confían en que estas concesiones ayuden a conciliar diferencias y a definir un camino común para continuar con la transición ecológica europea.

Mientras tanto, el continente sigue padeciendo las consecuencias del cambio climático. Las olas de calor récord provocaron incendios forestales e inundaciones sin precedentes. Estas preocupantes señales demuestran que, si no se frena el cambio climático, las consecuencias serán nefastas. Los científicos advierten de que los daños causados por fenómenos meteorológicos extremos podrían alcanzar los 126 mil millones de euros en 2029 y presionar aún más la economía del bloque.

El tiempo se agota. Quedan apenas diez días para la inauguración de la COP30 y es el mismo plazo que tiene la UE para aprobar su plan de reducción de emisiones para 2040. En esta encrucijada, la unidad y la flexibilidad de los Estados miembros de la UE serán factores determinantes para que la Unión reafirme su papel pionero en la lucha mundial contra el cambio climático.

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