El firme compromiso expresado por el primer ministro timorense, Xanana Gusmao, durante su primera visita a la Secretaría de la Asean tras la incorporación de su país a la agrupación regional demuestra que, pese a los desafíos que tiene por delante, Timor Oriental puede integrarse plenamente y encajar como una “pieza perfecta” en la Comunidad de la Asean.
En esa ocasión el jefe de gobierno enfatizó que la incorporación a la Asean era un hito histórico, pues materializaba una aspiración planteada por el país en 2011, menos de 10 años después de conquistar la independencia.
Tras 14 años de afrontar numerosos desafíos y cumplir las exigencias de la reforma y el desarrollo, en 2025 el pueblo timorense estalló de alegría al convertirse en miembro del “techo común”. Ese hecho abre un promisorio camino hacia la inserción de Timor Oriental en la corriente común del Sudeste Asiático.
En ese escenario, la condición de miembro oficial de la Asean le otorga una suerte de “pasaporte dorado” a un espacio de desarrollo con oportunidades más amplias.
Así, se le abre la oportunidad de acceder a un mercado regional dinámico y prometedor, con cerca de 700 millones de habitantes, así como a una extensa red de socios y acuerdos como el Tratado de Libre Comercio Asean-Australia-Nueva Zelanda y la Asociación Económica Integral Regional.
Al mismo tiempo, podrá sumar su voz a los procesos de formulación de políticas de desarrollo, así como contribuir a la solución de cuestiones regionales e internacionales. Si el país aprovecha tales oportunidades, estará en condiciones de fortalecer su economía, integrarse con mayor profundidad en las cadenas de suministro regionales y en los marcos de cooperación, y afianzar su presencia en el escenario global.
Pero todos los comienzos son difíciles y Timor Oriental aún deberá superar numerosos desafíos para integrarse plenamente en la Asean, sobre todo en el ámbito económico. El país posee abundantes recursos naturales, pero depende en gran medida de los ingresos procedentes del petróleo.
Los productos petroleros representan hasta el 90 por ciento de las exportaciones timorenses. La nación del Sudeste Asiático se esfuerza por diversificar su economía, pero este objetivo no es alcanzable de la noche a la mañana.
El presidente timorense, José Ramos-Horta, ha reconocido que el país aún debe salvar varios obstáculos que frenan su desarrollo, como la pobreza y el desempleo.
Para equiparar progresivamente su economía a las de los demás Estados miembros de la Asean, Dili está trabajando para superar dificultades como esas. Ramos-Horta subrayado que el país está dispuesto a hacer los cambios necesarios para lograrlo.
El undécimo miembro de la Asean cuenta con bases sólidas para materializar sus objetivos, entre ellas la abundancia de recursos naturales, una posición geoestratégica relevante que conecta el Sudeste Asiático con el espacio Indo-Pacífico, y una población joven, pues más del 70 por ciento de sus habitantes tiene menos de 35 años.
Para aprovechar plenamente ese potencial, junto a las oportunidades que brinda la condición de miembro de la Asean, Timor Oriental avanza en la construcción de un aparato administrativo más eficaz y presta especial atención a la calificación de la fuerza laboral para que esta sea capaz de responder a las exigencias del desarrollo nacional.
El secretario general de la Asean, Kao Kim Hourn, expresó su confianza en que el undécimo miembro de la asociación le aportará una nueva vitalidad.
Unirse a la Asean proporciona a Timor Oriental una base sólida para el desarrollo. Sin embargo, la membresía es solo la “llave” para abrir la primera puerta. Los pasos siguientes dependen enteramente de la determinación y los esfuerzos de la propia nación.
No será un camino de rosas, pero si Timor Oriental logra superar los desafíos, su destino será prometedor y se traducirá en una prosperidad duradera para el país.