En primer lugar, para garantizar la estabilidad como base del desarrollo en las relaciones internacionales, la política global y la macroeconomía mundial, el premier propuso que el G20 lidere la creación de mecanismos de cooperación internacional basados en el respeto mutuo, la búsqueda de soluciones a los conflictos y la creación de un entorno favorable para el desarrollo.
Sugirió que el G20 coordine políticas para prevenir riesgos sistémicos y responder a las crisis; limitar las barreras comerciales y reducir la fragmentación de la cadena de suministro; e impulsar iniciativas de conversión de deuda para ayudar a salvaguardar la estabilidad macroeconómica mundial.
En segundo lugar, para garantizar un sistema multilateral de comercio basado en normas y centrado en la OMC, y una arquitectura financiera global equilibrada, transparente y abierta con igualdad de acceso a la ciencia, la tecnología y la financiación para el desarrollo, propuso que el G20 fortalezca la cooperación; evite la politización de la ciencia y el comercio; apoye a los países en desarrollo mediante políticas comerciales justas y mutuamente beneficiosas; mejore la capacidad de transición digital; y promueva una reforma integral de la OMC para mejorar su eficacia.
En tercer lugar, para construir una gobernanza global flexible y eficaz y fomentar un ecosistema propicio para el desarrollo en la era de la transición digital y verde, instó a un diálogo más sólido dentro del G20 y los mecanismos multilaterales para configurar un marco de gobernanza que armonice los objetivos económicos, sociales y ambientales, equilibre las necesidades de desarrollo presentes y futuras y refleje los intereses de todas las economías. Instó a una cooperación más profunda en materia de inteligencia artificial, respuesta al cambio climático, prevención de desastres y salud pública.
El dirigente vietnamita destacó que el mundo está experimentando cambios profundos y sin precedentes con implicaciones globales, integrales y centradas en el ser humano. En este contexto, subrayó, la gobernanza global debe apuntar al objetivo central de mantener la paz, la estabilidad y promover un desarrollo inclusivo e integral.
El principio fundamental es garantizar la igualdad y el beneficio mutuo, con base en el derecho y las normas internacionales, a la vez que se defiende la solidaridad, la cooperación y el diálogo para generar fortaleza, obtener beneficios tangibles y fortalecer la confianza. El enfoque general debe estar centrado en las personas, ser nacional, integral y de alcance global, con la humanidad como prioridad, afirmó.
Pham Minh Chinh reafirmó que Vietnam está dispuesto a cooperar de forma activa, equitativa y en beneficio mutuo con todos los países, el G20 y la comunidad internacional en general, para un mundo pacífico, próspero y sostenible donde el desarrollo sea inclusivo y nadie se quede atrás. Sus comentarios fueron bien recibidos y apreciados por muchos países participantes.
La cumbre de dos días reúne a líderes de los miembros del G20, 20 países invitados y 21 organizaciones internacionales y regionales. Esta es la primera vez que una Cumbre del G20 se celebra en África, lo que marca la conclusión de la presidencia de Sudáfrica del G20 y el momento en que todos los miembros del G20 han asumido la presidencia.
Durante la primera jornada de trabajo, los delegados se centraron en dos debates clave sobre el desarrollo económico sostenible e inclusivo: no dejar a nadie atrás y las contribuciones del G20 a un mundo resiliente.
Los líderes intercambiaron opiniones y acordaron las principales orientaciones relacionadas con el desarrollo económico, el papel del comercio, la financiación para el desarrollo y la gestión de la deuda, la reducción del riesgo de desastres y la mitigación del cambio climático, la transición energética justa y la seguridad alimentaria.
Compartieron la preocupación por el aumento de los riesgos y la inestabilidad que enfrenta la economía mundial, incluyendo desequilibrios macroeconómicos, un creciente proteccionismo, un aumento de la deuda pública y un acceso cada vez más limitado a la financiación. Estos desafíos, agravados por la desaceleración del crecimiento y las persistentes tensiones geopolíticas, están limitando los esfuerzos de desarrollo en todo el mundo.
En este contexto, destacaron la necesidad de fortalecer la coordinación de las políticas fiscales, monetarias y comerciales; abordar los desequilibrios macroeconómicos y la desigualdad; impulsar la confianza de los mercados; profundizar la conectividad regional; y movilizar mayores recursos de inversión para mantener la estabilidad macroeconómica y apoyar un crecimiento global inclusivo y sostenible.
Los líderes reafirmaron que el comercio internacional sigue siendo un motor clave del crecimiento, apoyando los esfuerzos para fortalecer el sistema multilateral de comercio, impulsar la reforma de la OMC y ayudar a las pequeñas y medianas empresas a integrarse en las cadenas globales de valor.
También pidieron una reforma más profunda de la arquitectura financiera internacional, una mayor transparencia y sostenibilidad de la deuda, la implementación efectiva de mecanismos como el Marco Común del G20 para el tratamiento de la deuda, un mayor papel de los bancos multilaterales de desarrollo y una mayor movilización de recursos para infraestructura, transición energética y desarrollo sostenible.
La cumbre también destacó la urgencia de fortalecer la resiliencia ante los desastres naturales y responder al cambio climático, dados los impactos cada vez más graves en la vida de las personas, la actividad económica y los esfuerzos de desarrollo sostenible.
Los líderes acordaron intensificar la cooperación internacional en materia de gestión del riesgo de desastres, sistemas de alerta temprana, infraestructura resiliente y seguridad hídrica, alimentaria y sanitaria, así como movilizar más recursos para la transición a energías verdes y la agricultura sostenible.