El primer programa de estímulo económico de su mandato, en el que lleva un mes en el cargo, ha recibido valoraciones positivas y preocupaciones. Se espera que en total se superen los 42 billones de yenes, un 7,7 por ciento más que el año anterior, si se suman el gasto de los gobiernos locales y del sector privado.
Las medidas de reactivación de la economía japonesa se centran en invertir fondos en áreas estratégicas como la construcción naval y la inteligencia artificial, con la expectativa de que esto ayude al país del Sol Naciente a mantener su crecimiento a largo plazo. No obstante, los analistas han señalado que una desventaja del paquete es que ha depreciado involuntariamente el yen y ha llevado a los inversores a vender la moneda japonesa y los bonos del Gobierno. Este aspecto también refleja la preocupación del mercado por la desfavorable situación fiscal de Japón.
Muchos expertos han comentado que el paquete de estímulo económico es positivo y refleja los esfuerzos del gobierno por el bienestar de la población y un mayor crecimiento económico, pero consideran que este no es el momento adecuado porque la deuda pública de Japón duplica al Producto Interno Bruto.
En los últimos días, el yen japonés muestra una pronunciada tendencia a la baja debido a la preocupación de los inversores ante la posibilidad de que la primera mujer en la historia del país del Sol Naciente en ocupar el cargo de jefa del Ejecutivo aumente la emisión de bonos para compensar el déficit presupuestario y estimular el crecimiento.
Esa inquietud no carece de fundamento, ya que la situación fiscal de Japón está en uno de los niveles más bajos entre los miembros del Grupo de los Siete (G7). El debilitamiento de la moneda nacional ha provocado un fuerte aumento de los precios de las importaciones, lo que afecta negativamente a las finanzas de los hogares y a un país que, como Japón, depende en gran medida de las compras de energía y alimentos.
En una comparecencia ante el Parlamento, el gobernador del Banco de Japón (BOJ), Kazuo Ueda, reconoció que la depreciación del yen tiene un impacto negativo en los precios al consumo y, por ende, en el gasto de los hogares.
Lo positivo del debilitamiento de la moneda nacional es que genera grandes beneficios a las empresas exportadoras, un importante motor del crecimiento económico.
Ante la incertidumbre, la ministra de Finanzas, Satsuki Katayama, advirtió sobre la caída del yen. La funcionaria tranquilizó a inversores y empresas y afirmó que, si fuera necesario, el gobierno intervendrá de inmediato para garantizar la estabilidad del mercado de divisas.
La opinión pública japonesa especula sobre la posibilidad de que el Banco de Japón (BOJ) aumente pronto los tipos de interés para reducir los efectos negativos de la debilidad de la moneda nacional. Desde la perspectiva de los ciudadanos, el paquete de estímulo económico del Gobierno incluye diversas medidas muy valoradas, como la asignación de 400 mil millones de yenes para una ayuda en efectivo de 20 mil yenes por cada niño y la distribución de cupones para la compra de arroz, cuyo precio ha alcanzado niveles elevados. El programa también incluye una ayuda de aproximadamente tres mil yenes por persona, así como medidas para mitigar el impacto de la eliminación del impuesto temporal a la gasolina y elevar el umbral de ingresos exentos de impuestos, con el fin de aliviar la carga financiera de los hogares.
A través de este programa de reactivación económica, el Gobierno japonés destinará 500 mil millones de yenes al pago de las facturas de electricidad y gas durante el primer trimestre de 2026, con el objetivo de reducir en unos siete mil yenes el gasto energético promedio de cada hogar. El plan también contempla un apoyo de 2 billones de yenes para que los gobiernos locales tomen medidas destinadas a reducir los elevados precios de los alimentos.
Para financiar estas medidas, el Ejecutivo japonés tiene previsto presentar un presupuesto suplementario de 17,7 billones de yenes para el actual ejercicio fiscal y buscar su aprobación antes de que concluya la presente sesión de la Dieta en diciembre próximo.
La cifra supera los 13,9 billones de yenes del presupuesto suplementario aprobado en 2024 bajo el mandato del exprimer ministro Shigeru Ishiba, lo que refleja la firme postura de la jefa de gobierno.
No obstante, los expertos dudan de la eficacia del paquete de estímulo económico y advierten de que las medidas destinadas a incentivar el consumo en un contexto inflacionario podrían tener el efecto contrario y, en lugar de disminuir los precios al consumidor, aumentarlos.