El rompecabezas de la seguridad de Ucrania: EE.UU. y Europa con visiones distintas

Estados Unidos y sus aliados europeos parecen estar atrapados en una situación de “unidos, pero con aspiraciones contrapuestas” respecto a la seguridad de Ucrania. Dado que cada parte tiene sus propios cálculos estratégicos, la perspectiva de una paz duradera en Ucrania sigue siendo lejana.

El presidente estadounidense, Donald Trump, recibe a su par ucraniano, Volodímir Zelenski, en Washington el 18 de agosto. (Foto: Xinhua/VNA)
El presidente estadounidense, Donald Trump, recibe a su par ucraniano, Volodímir Zelenski, en Washington el 18 de agosto. (Foto: Xinhua/VNA)

Un total de 26 países se han comprometido a proporcionar garantías de seguridad a Ucrania una vez finalizado el conflicto, lo que incluye el despliegue de fuerzas internacionales por tierra, mar y aire. Tras la reunión de la "coalición voluntaria" en París, el presidente francés, Emmanuel Macron, subrayó que dichas garantías se aplicarán desde el mismo día en que cesen las hostilidades. No obstante, el nivel de participación de los países europeos varía.

Francia, por ejemplo, ha expresado su disposición a desplegar tropas en Ucrania en la fase posterior al conflicto, mientras que Italia ha declarado que no enviará fuerzas, aunque supervisará el alto el fuego y apoyará a Ucrania en el entrenamiento de soldados. Cabe destacar que Estados Unidos, aliado de Europa al otro lado del Atlántico y considerado un factor decisivo en la materialización del plan, aún no ha manifestado un compromiso claro, concreto y firme respecto a su nivel de participación, a pesar de que Washington ha expresado su intención de apoyar a Kiev y a Europa.

Trump declaró que Estados Unidos "quiere salvar muchas vidas" y apoyará a Ucrania. Sin embargo, no está claro cómo se concretará el apoyo de seguridad de Washington, ya sea militar, tecnológico o financiero. Los funcionarios europeos han afirmado que este plan demostraría el compromiso a largo plazo de Occidente con Kiev, incluso cuando el conflicto se haya calmado. Convencer a Washington de que se sume al plan se ha convertido en una prioridad para Europa.

Según Reuters, los países europeos afirmaron que necesitan garantías de seguridad por parte de Estados Unidos en Ucrania como "medida de contingencia". Alemania incluso ha anunciado que no tomará una decisión sobre las contribuciones militares hasta que se esclarezca el nivel de participación estadounidense. Muchos creen que Europa se está poniendo en una situación difícil.

Estados Unidos ha expresado en múltiples ocasiones su postura respecto a las garantías de seguridad para Ucrania, inclinándose hacia la exigencia de que los aliados europeos asuman una mayor responsabilidad. Trump declaró recientemente que Europa debe liderar los esfuerzos para garantizar la seguridad de Ucrania. Según Keir Giles, experto del Instituto de Investigación Chatham House, aunque Trump expresara su respaldo al plan, no está claro si realmente desea implementarlo.

Una de las razones que esgrime la opinión pública para explicar la improbabilidad de que Trump intensifique las tensiones con Rusia es que el líder estadounidense desea allanar el camino para la cooperación con Moscú en sectores como la minería y la energía. Otro gran desafío para los países europeos proviene de la opinión pública nacional. Un sondeo en Alemania, la principal economía de la Unión Europea (UE), revela que hasta un 56 por ciento de los encuestados se opone al despliegue de tropas en Ucrania.

En Francia, una encuesta realizada en marzo de 2025 reveló que el 67 por ciento de los entrevistados apoyaría el despliegue de tropas si Ucrania y Rusia alcanzaran un acuerdo de paz. Sin embargo, si no se logra dicho acuerdo, el 68 por ciento se opone a la medida. En un contexto de estancamiento económico, Europa se enfrenta a una fuerte presión derivada de los costos en defensa, con cerca de 100 mil millones de euros destinados anualmente al conflicto en Ucrania. La contundente respuesta de Rusia también supone un desafío. Moscú ha rechazado las propuestas europeas de garantías de seguridad en el período posterior al conflicto en Ucrania.

El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió que cualquier fuerza extranjera presente en territorio ucraniano se convertirá ipso facto en un “objetivo legítimo” para el ejército ruso.

Aunque comparten la intención de apoyar a Ucrania, Europa y Estados Unidos tienen visiones distintas sobre cómo hacerlo. Los países del Viejo Continente quieren promover un mecanismo más vinculante, mientras que Washington prioriza los intereses económicos y exige a sus aliados europeos que asuman responsabilidades a largo plazo. Este plan pone a prueba la capacidad de los países europeos para alcanzar una autonomía estratégica, algo difícil de conseguir en el actual contexto de dificultades financieras. Se trata, en efecto, de un verdadero rompecabezas para Europa.

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