Inmunidad al tornado arancelario

Las exportaciones mexicanas hacia Estados Unidos reportaron un nivel récord en los primeros seis meses de 2025. Esta plusmarca demuestra la gran resiliencia de México frente a las presiones ocasionadas por la nueva política arancelaria de Washington.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum. (Foto: Xinhua)
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum. (Foto: Xinhua)

Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), organismo autónomo del Estado mexicano, las ventas nacionales al mercado estadounidense en la primera mitad de 2025 alcanzaron los 264 mil millones de dólares, es decir, seis puntos porcentuales más que en el mismo período del año anterior, y la cifra más alta desde 1993, cuando México comenzó a contabilizar sus intercambios de mercancías. Con este resultado, México se mantiene como el principal proveedor de Estados Unidos, por delante de Canadá y China, cuyos rendimientos fueron de 198 y 167 mil millones de dólares, respectivamente.

En dirección contraria, la Oficina del Censo de Estados Unidos también publicó estadísticas reveladoras según las cuales de enero a junio del año actual, México conservó su liderato en el comercio con esa nación, ya que ha representado el 15,2 por ciento, de su valor total de exportación e importación, lo que equivale a 432 mil millones de dólares. Le siguieron Canadá, con 370 mil millones de dólares (13 por ciento), y China, con 223,5 mil millones (7,9 por ciento).

Los economistas valoraron esta relación comercial, puesto que no es nada fácil obtener un récord en el contexto del continuo endurecimiento de las barreras comerciales por parte de la Administración de Donald Trump. Casi el 51 por ciento de las exportaciones mexicanas están sometidas a tarifas arancelarias de entre el 25 y el 50 por ciento, rango que Washington impone a numerosos bienes estratégicos, como automóviles, acero, aluminio, cobre y productos agrícolas.

Al examinar la impresionante entrada de mercancías mexicanas en territorio estadounidense, los analistas la atribuyeron primero a la flexibilidad y alta adaptabilidad de las empresas mexicanas, así como a la sólida base arancelaria que les proporciona el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Esto ha ayudado a México a mantener un flujo comercial estable.

La segunda razón estriba en la actuación proactiva y persistente, pero también flexible, del Gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum a la hora de defender los intereses nacionales. Tras diálogos de alto nivel, incluida una llamada telefónica entre dirigentes de ambos países, Washington acordó aplazar durante 90 días la imposición de aranceles a Ciudad de México, y se comprometió a ajustar las barreras arancelarias para evitar conflictos comerciales de gran magnitud.

La flexibilización de las políticas del Gobierno y la adaptabilidad de las empresas nacionales han recibido elogios por parte de expertos económicos y políticos mexicanos. Según estos, mientras que numerosos países se ven obligados a regular drásticamente su producción para la exportación o a reorientar su mercado, México ha mantenido su posición en el mercado estadounidense, el mayor mercado de consumo del mundo. Esto no solo refleja la competitividad de los productos mexicanos, sino también la gran capacidad de adaptación de México ante las fluctuaciones políticas y comerciales externas.

No obstante, los expertos advierten de que no se pueden garantizar perspectivas similares para las exportaciones al gigante vecino, por lo que México debe seguir explorando otros mercados potenciales.

La presidenta Sheinbaum se reunió el 5 de agosto con funcionarios canadienses de visita en la Ciudad de México, entre ellos la ministra de Asuntos Exteriores, Anita Anand, y el titular de Finanzas, François-Philippe Champagne. En sus conversaciones, abordaron la forma de fortalecer las relaciones bilaterales en materia económica, de seguridad y diversificación comercial, poniendo especial énfasis en las cadenas de suministro resilientes, las rutas comerciales interportuarias, la economía digital y la seguridad energética. Según los analistas, el "apretón de manos" entre ambos países norteamericanos, que corren el riesgo de sufrir altos aranceles por parte de EE. UU., es muy importante en un momento tan delicado.

Según lo planeado, los tres países revisarán el T-MEC a finales de 2025, aunque el presidente Trump ha manifestado en repetidas ocasiones su escaso interés en ese pacto tripartito. Si Estados Unidos se retirara del acuerdo, México sufriría pérdidas significativas. Por eso, la diversificación de los mercados, el fortalecimiento de la cadena de suministro y el aumento de la capacidad interna siguen siendo tareas estratégicas con el fin de mantener el crecimiento y proteger la posición del décimo país más poblado del mundo en el mapa de exportación.

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