La inevitable transición

La transición verde en la Unión Europea (UE) acaba de alcanzar un hito histórico cuando la energía solar se convirtió por primera vez en la mayor fuente de electricidad del Viejo Continente. En el contexto de la creciente gravedad de la crisis climática mundial, la energía verde se considera un arma de doble filo: contribuye a garantizar la seguridad energética y a frenar el aumento de la temperatura de la Tierra.

Un supermercado en Alemania instala un sistema de paneles solares. (Foto: Xinhua)
Un supermercado en Alemania instala un sistema de paneles solares. (Foto: Xinhua)

Un informe publicado recientemente por Ember, la organización dedicada a la investigación de la transición a las energías limpias, indicó que la energía solar representó el 22,1 por ciento de la electricidad total producida en la UE en junio.

Hasta 13 países de la UE han batido su récord de producción de energía solar. Al mismo tiempo, la proporción de energía generada a partir del carbón cayó hasta el 6,1 %, lo que supone un récord de disminución. Este hecho no solo es una simple estadística, sino también un hito importante en la transición energética del bloque.

La UE no está sola en este camino verde. Según las Naciones Unidas (ONU), la transición energética se ha convertido en una tendencia irreversible, una opción común en muchos países. En 2024, la inversión mundial en energías limpias alcanzó dos billones de dólares, un aumento de cerca del 70 por ciento en los últimos diez años. Si bien las energías limpias dominan gradualmente el mercado, la inversión en combustibles fósiles ha disminuido a tan solo alrededor de un billón de dólares en el mismo período.

Según un estudio de la Agencia Internacional de Energías Renovables, el costo de producir energía solar y fotovoltaica, que solía ser cuatro veces mayor que el de los combustibles fósiles, ahora es un 41 por ciento más barato. La fuerte inversión de los países en el desarrollo tecnológico es la principal razón para reducir los costos de producción, promoviendo la cobertura de las energías limpias.

No es casualidad que se haya iniciado la era de las energías limpias. En términos de costo, más del 90 por ciento de la electricidad generada a partir de nuevas energías renovables en todo el mundo es más barata que la generada a partir de combustibles fósiles.

Según un estudio de la Agencia Internacional de Energías Renovables, el costo de producir energía solar y fotovoltaica, que solía ser cuatro veces mayor que el de los combustibles fósiles, ahora es un 41 por ciento más barato. La fuerte inversión de los países en el desarrollo tecnológico es la principal razón para reducir los costos de producción, promoviendo la cobertura de las energías limpias.

Además de los costos, la ventaja de las energías limpias también proviene de factores ambientales. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, destacó que, gracias a la energía solar y eólica, las emisiones globales de carbono han disminuido casi en la misma cantidad que las emisiones anuales totales de la UE. En un contexto mundial que enfrenta una crisis climática cada vez más grave, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero se ha vuelto más importante que nunca.

Según los científicos, la quema de combustibles fósiles genera cada año alrededor de 20 mil millones de toneladas de CO2, además de numerosos contaminantes atmosféricos y daños ambientales. El desarrollo de energías renovables es una tendencia inevitable a medida que los países aceleran el cumplimiento del objetivo de neutralidad de carbono y la lucha contra el cambio climático a tiempo.

Cuanto más rápida sea la transición energética, más daños podrá el mundo evitar a causa del calentamiento global. Tobias Grimm, científico climático de la reaseguradora Munich Re, enfatizó que el cambio climático aumenta tanto la frecuencia como la magnitud de los daños causados por fenómenos meteorológicos extremos. Solo en el primer semestre de 2025, los daños causados por incendios forestales, tormentas, terremotos y otros desastres naturales costaron a la economía mundial 131 mil millones de dólares. De esa suma, los desastres relacionados con el clima representaron el 88 por ciento del daño total. Esta es una advertencia sobre las consecuencias del cambio climático.

El cambio climático, cada vez más severo, y el riesgo de una crisis energética mundial, plantean numerosos desafíos, pero también se convierten en un factor para que muchos países incrementen la inversión en energías renovables. La inevitable transición de los combustibles fósiles a las energías renovables es un factor clave para ayudar a los países a alcanzar pronto el objetivo de la neutralidad de carbono y proteger el planeta verde.

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