India y Unión Europea decididas a zanjar divergencias sobre TLC

India y la Unión Europea (UE) están trabajando para agilizar la firma de un tratado de libre comercio (TLC) ante la presión del tiempo, pues el plazo para suscribirlo expira en 2025.

El ministro de Comercio de la India, Piyush Goyal, se reúne con el comisario europeo de Comercio y Seguridad Económica, Maros Sefcovic, en Nueva Delhi. (Foto: VNA)
El ministro de Comercio de la India, Piyush Goyal, se reúne con el comisario europeo de Comercio y Seguridad Económica, Maros Sefcovic, en Nueva Delhi. (Foto: VNA)

Aunque las negociaciones avanzan, las partes siguen cautelosos sobre el cierre del acuerdo, que se espera genere numerosas oportunidades estratégicas.

El ministro de Comercio de la India, Piyush Goyal, se reunió recientemente en Nueva Delhi con el comisario europeo de Comercio y Seguridad Económica, Maroš Šefčovič, a fin de impulsar las negociaciones.

Tras consensuar 11 de los 23 capítulos del TLC durante una ronda de negociaciones efectuada en octubre pasado en Bruselas, Bélgica, las partes están decididas a resolver los puntos críticos.

Reanudadas en 2022 y aceleradas desde comienzos de 2025 a sugerencias de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y del primer ministro indio, Narendra Modi, las negociaciones del TLC reflejan el compartido compromiso político de cerrar el acuerdo antes de que expire este año.

Según la India, en 2024 el comercio bilateral ascendió a 120 mil millones de euros y recibirá un gran impulso si en definitiva el pacto se cierra.

Con una de las economías de más rápido crecimiento del mundo, el gigante del sur de Asia cuenta con un vasto mercado interno y una fuerza laboral considerable. Además, puede proporcionar a las empresas europeas bienes, servicios, mano de obra, materias primas y poder adquisitivo, aspectos muy valorados por estas.

Desde la perspectiva de la UE, la firma de un TLC con India le permitirá ampliar la exportación de bienes manufacturados, productos industriales y servicios, diversificar sus cadenas de suministro y reducir la dependencia de algunos mercados tradicionales.

Basado en una cooperación eficaz y un importante potencial comercial, de servicios e inversión, el TLC India-UE podría impulsar la transformación industrial y tecnológica. También podría convertir a Nueva Delhi en un eslabón vital entre Asia y Europa, lo que contribuiría a estabilizar las cadenas de suministro globales y reducir los riesgos derivados de interrupciones y de la volatilidad geopolítica.

En un contexto en el que la maquinaria económica global necesita ajustes para superar los problemas legados por la pandemia de Covid-19, y mientras los grandes bloques comerciales buscan reestructurarse para adaptarse y crecer, la firma y ulterior implementación del TLC entre India y la UE se convertiría en un motor clave del desarrollo sostenible.

Ciertamente el tratado abriría numerosas oportunidades estratégicas y se considera una “gran apuesta” entre dos socios con un gran peso en la economía mundial, pero antes deberán superarse numerosos desafíos y puntos críticos.

En la india, sectores como el textil, la agricultura y la producción interna podrían verse afectados por las importaciones desde Europa. Las estrictas normativas de la UE, en especial en materia laboral, medioambiental, de propiedad intelectual y de seguridad de los productos, podrían encarecer los costes para las empresas indias y reducir su competitividad.

También están de por medio las diferencias en el nivel de desarrollo. Aunque la India está fortaleciendo su capacidad industrial e infraestructuras, una apertura comercial demasiado rápida podría generar presiones sociales y afectar el empleo interno.

La inminencia de la fecha límite preocupa sobremanera a los eventuales signatarios del tratado, pues aún se mantienen en pie grandes diferencias en aranceles, acceso a mercados y compromisos con el desarrollo sostenible.

Otros temas sensibles son el acero, los automóviles, el mecanismo del impuesto al carbono y las nuevas normativas de la UE. Esta pretende recortes significativos de impuestos sobre automóviles, equipos médicos, vino, bebidas espirituosas y carne, y exige regulaciones más estrictas sobre propiedad intelectual. La India, entretanto, busca que los bienes cuya fabricación requieren mucha mano de obra estén libres de aranceles.

En consecuencia, la pronta conclusión de las negociaciones aún requiere numerosos ajustes y flexibilidad para resultar en un acuerdo en el plazo previsto.

La firma del TLC permitiría a la UE mantener su papel e influencia mediante la cooperación con potencias emergentes, mientras Nueva Delhi lo considera una oportunidad para reafirmar su posición en la nueva era.

De alto valor estratégico para ambas partes, el TLC India-UE podría convertirse en un nuevo modelo de cooperación Norte-Sur y sentaría un precedente positivo para futuros acuerdos.

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