La crisis en el mercado del gas y la escalada de los precios de energía que causa gran presión sobre las familias y empresas explican en parte la tendencia al alza de la inflación en Alemania. Según la Oficina Federal de Estadísticas del país (Destatis), la tasa de inflación de la locomotora de la economía continental alcanzó un 10 por ciento en septiembre último, el nivel más alto desde los años 50 del siglo anterior.
Se trata también de la primera vez desde la reunificación de Alemania (en 1990) que ese indicador marca dos dígitos. La energía y los alimentos han sido los principales propulsores de la inflación durante meses. Solo en septiembre, ese primer parámetro subió un 43,9 por ciento interanual en costos, y el otro, un 18,7 por ciento, de acuerdo con Destatis.
Economistas de la nación europea pronosticaron que continuaría la inflación de dos dígitos por meses, especialmente cuando se aproxima invierno y el consumo energético podría encarecerse más.
Dicho paquete de apoyo fue lanzado siguiendo la advertencia de los ministros nacionales de que la actual crisis energética podría convertirse en una socioeconómica. Robert Habeck, titular de Economía y Protección Climática, admitió que Alemania estaba en una emergencia energética e instó a ahorrar combustibles en prevención de la insuficiencia de gas para este invierno.
A pesar del nuevo mecanismo de 200 mil millones de euros solidarios, el Gobierno no va a subvencionar el precio del gas “hasta lo que era en 2021, no en mucho tiempo”, dijo Habeck.
La Agencia Federal de Redes de Alemania emitió una advertencia urgente exhortando a los consumidores a aumentar sus ahorros de gas incluso en climas fríos, aunque las reservas domésticas ya están llenas alrededor del 91,5 por ciento en vísperas de la última estación del año. A saber, el país debe reducir al menos un 20 por ciento de su consumo de gas para evitar una posible escasez de combustible de calefacción.
Sin embargo, algunos Estados de la Unión Europea se mostraron preocupados por que sus industrias se vean gravemente afectadas por el plan de Berlín y esto generara un impacto negativo sobre el mercado regional. La organización investigadora Bruegel, con sede en Bélgica, comentó que aparte de ayudar a las empresas alemanas a superar la crisis, el paquete provocará una división económica y debilitará la solidaridad intrabloque.
El ministro de Economía y Finanzas de Francia, Bruno Le Maire, llamó a los socios a acordar una estrategia conjunta de respuesta al shock de precios y evitar la adopción de políticas propias. Los préstamos deben destinarse a REPowerEU, un programa tendiente a desengancharse del gas ruso, opinó.
Según expertos, la crisis del gas, la escalada de los precios de energía y la creciente inflación sumirán a la mayor economía de Europa en una recesión en 2023. Informes de principales institutos económicos alemanes e internacionales revelan que el aumento de precios al consumidor en el país teutón no se detendrá en cuestión de meses y podría ascender al 8,8 por ciento anual a partir de 2023. Mientras, el Producto Interno Bruto (PIB) quizá se encogerá un 0,4 por ciento.
Se prevé que el PIB de Alemania crecerá solo 1,4 por ciento este año, un retroceso comparado con el pronóstico anterior de 2,7, y que caerá 0,4 en 2023, antes de volver a repuntar, un 1,9, en 2024. En un informe de perspectivas económicas, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos señaló que la economía global ha perdido su ímpetu debido a las hostilidades en Ucrania. Alemania es el país más afectado y entrará en recesión en el año venidero, precisó.
Los citados pronósticos evidencian que, a pesar de invertir miles de millones en el “escudo defensivo” para proteger a los ciudadanos de la “tormenta energética”, Alemania todavía está desconcertada por perspectivas económicas no tan positivas.