Responder a la tormenta de la inflación

La tormenta inflacionaria está arrasando muchas regiones del mundo. En un contexto en que el planeta acaba de librarse temporalmente de la pandemia de Covid-19, controlar la inflación a la par del crecimiento económico es un problema difícil no solo para unos pocos países.
Foto de ilustración. (Fotografía: VTV)
Foto de ilustración. (Fotografía: VTV)

La inflación de Japón alcanzó 2,8 por ciento, el nivel más alto desde 2014. Su índice de precios al consumidor registró el aumento más fuerte en los últimos ocho años. Esta cifra es superior al objetivo del 2 por ciento del Banco de Japón (BOJ) por quinto mes consecutivo. La causa de esta situación es la escalada de los precios de la energía y los alimentos, así como el debilitamiento del yen.

Corea del Sur también enfrenta grandes dificultades por las medidas tomadas para controlar la inflación. Seúl contuvo temporalmente el aumento de los precios, pero puso a la economía en riesgo de caer en recesión. Además, el valor del won se desplomó a un nivel récord inesperado similar a los de las crisis financieras de 1998 y 2009.

Mientras, numerosos países han adoptado medidas para proteger a los consumidores ante la tormenta inflacionaria. La Reserva Federal de Estados Unidos subió las tasas de interés para frenar la inflación, que alcanzó su máximo en 40 años, aunque esta decisión podría provocar que la economía número uno del mundo se contraiga en el corto plazo. El Gobierno estadounidense también condonó la deuda estudiantil de 10 mil dólares para millones de personas e implementó la Ley de Reducción de la Inflación de 430 mil millones de dólares para reducir el precio de la energía, los medicamentos y los servicios de atención médica.

Entretanto, Canadá anunció un paquete de medidas por valor de cuatro mil 500 millones de dólares canadienses para apoyar a las familias de ingresos bajos y medios.

Al otro lado del Atlántico, la Unión Europea planea movilizar más de 140 mil millones de euros de las empresas energéticas para proteger a las personas y las compañías a medida que la inflación aumenta el riesgo de recesión e incumplimiento.

Alemania anunció un paquete de apoyo de 65 mil millones de euros, que incluye medidas para ampliar los descuentos en el transporte público y reducir los impuestos a las empresas intensivas en energía. Turquía subió el salario mínimo en 30 por ciento, luego de un aumento del 50 por ciento a fines de 2021.

Reino Unido asignó más de 100 mil millones de libras para compensar parcialmente las facturas de energía de las personas durante dos años y apoyar a las empresas. Portugal recortó el IVA en las facturas de electricidad y ofrece subsidios únicos para trabajadores, familias y pensionistas. A partir de octubre, España rebajará el IVA del gas del 21 por ciento al 5 por ciento.

Dinamarca dispuso aplicar un tope del 4 por ciento anual a los alquileres por los próximos dos años. Francia acaba de aprobar un proyecto de ley de 20 mil millones de euros para aumentar las pensiones y los pagos de asistencia social.

Tailandia continúa bajando los impuestos al diésel por otros dos meses y extendió los subsidios a la electricidad hasta diciembre. Indonesia mantiene la inflación de los alimentos por debajo del 5 por ciento, y asignó mil 620 millones de dólares del presupuesto de subsidio de combustible para aumentar los pagos de asistencia social. Malasia gastará un récord de 17 mil 50 millones de dólares para ofrecer apoyo en efectivo a sus ciudadanos.

Al menos 10 estados indios anunciaron subsidios en efectivo y a la electricidad por valor de 12 mil 600 millones de dólares. Los Emiratos Árabes Unidos duplicaron su apoyo financiero a las familias de bajos ingresos. Arabia Saudita destinó cinco mil 320 millones de dólares para ayudar a las personas a hacer frente a la inflación.

Las medidas de emergencia aplicadas por los países son dirigidas a apoyar a la población y las empresas para superar la crisis de la inflación, hacia un futuro más estable.