Expectativa de la UE sobre un tope máximo al precio del gas

Después de numerosos esfuerzos, los estados miembros de la Unión Europea (UE) se reunieron el lunes para ultimar las negociaciones sobre la fijación de un tope a las importaciones de gas. A pesar de las advertencias sobre los riesgos que ello entraña para la estabilidad financiera, los  Los Veintisiete esperan que tal paso sea un instrumento eficaz para hacer frente a la crisis energética.
Vista del gasoducto Nord Stream 1 a su paso por Lubmin, Alemania. (Fotografía: AFP/VNA)
Vista del gasoducto Nord Stream 1 a su paso por Lubmin, Alemania. (Fotografía: AFP/VNA)

Según el portavoz de la Oficina presidencial de la República Checa, país que ocupa la presidencia de turno de la UE, los líderes del sector energético del bloque lograron un acuerdo para establecer un tope de precio a las importaciones de gas en 180 euros el megavatio-hora (MWh) a partir del próximo 15 de febrero.

El llamado mecanismo de corrección del mercado gasífero se activará cuando los precios del gas alcancen los 180 euros por megavatio-hora durante al menos tres días consecutivos en el índice de referencia holandés (TTF).

El acuerdo recibió el respaldo inmediato de los titulares de energía de varios estados miembros de la UE. Según el ministro checo de Industria, el bloque logró un importante consenso para proteger a sus ciudadanos del impacto generado por el alza de los precios de energía.

A su vez, el titular de Energía de Bélgica enfatizó que imponer un límite al precio del gas ayudará a la UE a obtenerlo a costo asequible. Mientras, el ministro de Energía de Italia calificó la medida como una victoria para la UE en sus esfuerzos por garantizar la seguridad energética.

Los estados miembros de la UE dejan atrás largas e intensas negociaciones para llegar a ese consenso. La Comisión Europea (CE) había propuesto inicialmente limitar los precios de los contratos mensuales en el ITF si superaban los 275 euros/MWh durante dos semanas consecutivas.

Francia, Polonia y España reclamaron que un límite de precios a todas las importaciones de gas nunca puede activarse en las condiciones establecidas por la CE. Algunos otros miembros consideraron que la medida es demasiada rígida y podrá poner en peligro la seguridad del suministro si se rebaja demasiado el tope y los proveedores emigran a otros mercados más atractivos.

Las fuentes dijeron que, durante las negociaciones efectuadas el lunes, Hungría rechazó un límite de precios para el gas bajo cualquier circunstancia y declaró que no tendrá que notificar ni consultar a la CE si quiere modificar su contrato de gas a largo plazo con Rusia.

La medida preocupa especialmente a los Países Bajos y Austria, que alegaron que el límite puede perturbar los mercados energéticos europeos y socavar la seguridad energética de Europa. Alemania votó a favor, pero pidió a los países acelerar la concesión de licencias para proyectos de energía renovable.

Por su parte, Moscú calificó de inaceptable el tope al precio mayorista del gas aprobado por los ministros de energía de los estados miembros de la UE reunidos en Bruselas. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, declaró que esta medida es una violación de los mecanismos de formación de precios del mercado.

Junto con la declaración del Kremlin, Gazprom, el gigante estatal ruso de energía, planea llevar gas a la India, un mercado de mil 380 millones de habitantes. Rusia también firmó un acuerdo con Pakistán para construir un gasoducto por valor de dos mil millones de dólares.

Según la agencia noticiosa Bloomberg, el esfuerzo por reducir la dependencia del gas ruso le ha costado a Europa un billón de dólares al sustituirlo por otras fuentes más caras, mientras el aumento de las tarifas de electricidad afecta directamente a las empresas y consumidores del llamado Continente Viejo.

Bloomberg señaló que es probable que la tensión en el mercado de la energía continúe hasta 2026 y si el precio del gas natural supera los 210 euros/MWh, la UE enfrentará una grave recesión económica.

El Banco Central Europeo también advirtió sobre la posibilidad de que las empresas encuentren formas de evitar las regulaciones sobre un tope máximo a las compras de gas y los riesgos financieros que pueden afrontar los países de la UE.

Para tranquilizar a la opinión pública, la comisaria europea de Energía, Kadri Simson, anunció que la entidad está dispuesta a suspender esta medida si hay referencia razonable. Para mitigar el impacto de la crisis energética, además de imponer la mencionada medida, los miembros del bloque también están acelerando acuerdos conjuntos de compra de gas y procesos de licencia para proyectos de energía renovable.