El OIEA y su papel ambiguo en la nueva coyuntura

La 69ª Reunión Ordinaria de la Conferencia General del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha concluido, pero aún quedan interrogantes sobre el papel del organismo ante las actuales tensiones geopolíticas y la delgada línea que separa un desastre nuclear de la solución al problema de la seguridad energética.

Vu Le Thai Hoang, embajador de Vietnam en Austria y jefe de la delegación vietnamita ante el OIEA y organismos internacionales, interviene en la sesión plenaria de la 69ª Reunión Ordinaria de la Conferencia General del OIEA. (Foto: Nhan Dan)
Vu Le Thai Hoang, embajador de Vietnam en Austria y jefe de la delegación vietnamita ante el OIEA y organismos internacionales, interviene en la sesión plenaria de la 69ª Reunión Ordinaria de la Conferencia General del OIEA. (Foto: Nhan Dan)

La reunión anual del OIEA, que tradicionalmente se celebra en Viena (Austria), contó este año con la presencia de más de dos mil altos funcionarios de diferentes países, mientras el mundo se enfrenta a desafíos como el creciente riesgo de terrorismo, los conflictos militares y las feroces confrontaciones políticas. Entre las cuestiones candentes puestas sobre la mesa figuraron la seguridad nuclear en Ucrania y en Oriente Medio, y el programa nuclear de Corea del Norte.

Un resultado destacable de la reunión fue la aprobación de una resolución propuesta por Egipto sobre la aplicación de las garantías nucleares del OIEA en Oriente Medio. Se trata de un esfuerzo de El Cairo para impedir la proliferación de armas nucleares en la zona, escenario de feroces combates armados y complejas estrategias entre las partes. En esta ocasión, también se aprobó una resolución sobre cooperación técnica para Palestina.

Aunque la comunidad internacional considera al OIEA un organismo imprescindible para el desarrollo de la ciencia y la tecnología nucleares con fines pacíficos, han ido aumentando el escepticismo y las dudas acerca de la eficacia del Tratado de No Proliferación Nuclear y del papel que desempeña este organismo en la nueva situación. La gran pregunta es si factores como los déficits presupuestarios, las restricciones al poder de inspección y control nuclear y la rivalidad en el ámbito político o militar podrían debilitar el papel del OIEA como centinela de la seguridad nuclear.

La práctica evidencia el dilema. La propia entidad reconoció haber enfrentado numerosas dificultades para supervisar las centrales nucleares de Ucrania debido a las acciones militares. Se reveló que para mantener las salvaguardias nucleares en el país europeo hasta 2026 se necesitan unos 22 millones de euros. El cuerpo de inspección internacional en materia nuclear también fue impedido de entrar en las instalaciones nucleares de Irán debido a su inacción ante los ataques de Israel contra dichas instalaciones en junio de 2025.

No obstante, el OIEA ha logrado importantes avances en la prevención de la proliferación de armas nucleares y, por ende, en el fortalecimiento de la paz. Su director general, Rafael Grossi, declaró en la conferencia en Viena que, para cumplir su misión especial, el organismo viene lidiando eficazmente con los desafíos.

La perspectiva de un futuro con energías verdes ha llevado a los países a investigar las fuentes atómicas, pero la preocupación por las "sombras" nucleares sigue latente.

En la 29ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se identificó la promoción de la energía a partir de las reacciones nucleares como la clave de la transición verde y la mitigación de la contaminación atmosférica. Según las previsiones del OIEA, la capacidad mundial de esta fuente de energía podría multiplicarse por 2,5 para 2050. En la actualidad, hay 417 reactores nucleares en funcionamiento en 31 países.

Por otro lado, la reticencia y la precaución ante esta solución se deben a la preocupación permanente por los desastres nucleares. Lo sucedido en Fukushima (Japón) en 2011 dejó una lección memorable sobre la importancia de reforzar la seguridad de las centrales nucleares y de evaluar los riesgos de catástrofes naturales, como tsunamis y terremotos. Además, el Instituto Internacional de Estocolmo de Investigación para la Paz advirtió de que los países dedicados a ello despliegan programas de "modernización extensiva" a favor de sus arsenales nucleares. Se trata de una tendencia alarmante si se consideran las crecientes tensiones geopolíticas mundiales.

Ante tantas preguntas sin respuesta, el asunto de la seguridad nuclear hace fruncir el ceño a muchos. La comunidad internacional llama a una estrecha coordinación y a un alto sentido de responsabilidad para fortalecer la confianza entre los países, en aras de mitigar paulatinamente los riesgos de ese tipo de energía.

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