Desenredar la cuestión nuclear de Irán

Irán y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) han acordado por escrito reanudar su cooperación, por lo que los inspectores del OIEA podrán regresar al país islámico para desempeñar sus funciones. Según observadores internacionales, esta decisión aliviará las tensiones en la región, ya que al menos promete ser una "luz al final del túnel" en la prolongada cuestión nuclear de Irán.

Técnicos iraníes trabajan en la instalación nuclear de Isfahán, ubicada a unos 420 kilómetros al sur de Teherán, la capital. (Foto: The Times of Israel/VNA)
Técnicos iraníes trabajan en la instalación nuclear de Isfahán, ubicada a unos 420 kilómetros al sur de Teherán, la capital. (Foto: The Times of Israel/VNA)

El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, y el director general del OIEA, Rafael Grossi, firmaron el acuerdo para revitalizar los lazos bilaterales, que se habían paralizado a causa de los ataques de Israel y Estados Unidos contra instalaciones nucleares de la República Islámica.

Tras la firma, celebrada en El Cairo con Egipto como mediador, Araghchi expresó su esperanza de que el OIEA se ciña estrictamente a las obligaciones del pacto. También se mostró satisfecho por la consideración de este documento sobre las necesidades de seguridad de ambas partes.

Por parte del OIEA, Grossi confirmó con júbilo el acuerdo, notificando que habían acordado reanudar las actividades de inspección en Irán, lo cual calificó como un paso importante.

Este logro no solo es fruto del esfuerzo de Irán y el OIEA, sino también de la implicación de la comunidad internacional, incluidos Egipto, el país intermediario, y el grupo E3 (Reino Unido, Francia y Alemania).

La cooperación entre Teherán y esta agencia de la ONU se había congelado a principios de julio, cuando el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, la suspendió mediante un decreto alegando la inacción del OIEA tras los ataques de Estados Unidos e Israel contra instalaciones nucleares iraníes en junio.

Las puertas se cerraron para los inspectores del OIEA desde entonces. La tensión aumentó cuando el Estado islámico aprobó una ley que suspendía la cooperación con el OIEA y estipulaba que cualquier inspección futura del organismo debería ser autorizada por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.

Irán expresó su disposición a aceptar restricciones a su programa nuclear y al enriquecimiento de uranio si se le eliminaban ciertas sanciones internacionales. De acuerdo con el canciller Araghchi, Teherán busca “un acuerdo realista y sustentable” que incluya vigilancia rigurosa y restricciones al enriquecimiento de dicho mineral, a cambio del levantamiento de las sanciones. La propuesta fue dirigida al grupo E3, originalmente dedicado a persuadir al país persa para que se sentara en la mesa de negociación sobre el programa nuclear.

El grupo E3 también ha ejercido una fuerte presión sobre Irán por su tardanza en admitir a supervisores del OIEA. A finales de agosto volvió a activar un mecanismo punitivo de las Naciones Unidas contra la nación de Asia Occidental, pero le concedió un mes más para negociar.

El histórico acuerdo nuclear suscrito en 2015 con el grupo P5+1 (formado por los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, más Alemania), durante la presidencia de Barack Obama, ayudó a Irán a librarse de severas sanciones. Pero tan solo tres años después, el presidente Donald Trump retiró unilateralmente a Estados Unidos del pacto y reimpuso los castigos, a los cuales también se sometieron los países que compran petróleo iraní.

Tras numerosos esfuerzos infructuosos de negociación, Irán decidió reducir compromisos y reanudar paulatinamente las actividades de enriquecimiento de uranio, por lo cual la cuestión nuclear iraní ha quedado estancada. El país persa ha descartado de manera categórica la posibilidad de desarrollar armas nucleares e insistido en que su programa nuclear tiene fines puramente civiles.

La rúbrica del acuerdo entre Irán y el OIEA culmina prolongadas negociaciones y críticas mutuas, y al menos de momento pone fin a la escalada de tensiones entre las partes. Para el OIEA, significa la reapertura de instalaciones nucleares de Irán a inspectores internacionales. Para Irán, significará el levantamiento de las sanciones que pesan sobre su población.

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