Tres vuelos con 900 peregrinos a bordo despegaron los días 17, 19 y 20 de este mes desde el Aeropuerto Internacional de Saná, la capital yemení, rumbo a Arabia Saudita. Esos vuelos son los primeros entre Yemen y Arabia Saudita en los últimos siete años, a los que se sumaron otros con ayuda humanitaria y otros de pasajeros, principalmente peregrinos del Hajj a la Meca.
Estas operaciones, aparentemente habituales, son otra señal de alivio de las tensiones en Yemen.
La nación de Oriente Medio se vio sumida en un conflicto luego que el grupo armado hutí se hiciera con el control de Saná y de varias ciudades del norte en 2014. El conflicto ha sumido al país más pobre del mundo árabe en una guerra civil y una grave crisis humanitaria.
En medio de la próxima peregrinación del Hajj a La Meca, miles de musulmanes de áreas controladas por los hutíes partieron en autobús a Arabia Saudita, o a la ciudad de Adén, controlada por el gobierno yemení.
Según Najeeb Al-Aji, ministro hutí de orientación, Hajj y Umrah, la reapertura del aeropuerto de Saná y el primer vuelo comercial a Arabia Saudita animará a otros aeródromos a abrirse a los viajeros yemeníes tras su cierre por la coalición liderada por Arabia Saudita que lucha contra el movimiento hutí. Dijo que se necesitarían unos 200 vuelos para atender a las 24 mil personas deseosas de viajar.
Los conflictos en Yemen han remitido considerablemente después de la entrada en vigor del alto el fuego mediado por las Naciones Unidas (ONU) en abril de 2022 y del cese temporal de las hostilidades en octubre del mismo año. Los términos de la tregua incluyen facilitar la reanudación de los vuelos comerciales desde el aeropuerto de Saná.
Los rebeldes hutíes y el gobierno nacional en Yemen mantuvieron el pasado fin de semana conversaciones bajo los auspicios de la ONU sobre el intercambio de un millar de prisioneros de guerra en ese país, con resultados evaluados como positivos por ambas partes.
El enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg, acogió con beneplácito los resultados de las conversaciones. Señaló que las partes acordaron mantener consultas sobre diversas propuestas e iniciativas a fin de llegar a un consenso sobre una propuesta detallada que incluya las prioridades y el mecanismo para su aplicación. En la primera ronda de conversaciones, efectuada en Suiza en marzo pasado, las partes implicadas acordaron la liberación de 900 prisioneros.
Mientras tanto, el presidente del Consejo de Liderazgo Presidencial de Yemen, Rashad Al-Alimi, pidió a la comunidad internacional más presiones sobre los rebeldes hutíes para que estos dejen de atacar las instalaciones petroleras.
Indicó que las acciones de los rebeldes, los ataques a las instalaciones petroleras y la prohibición del transporte de mercancías desde las zonas controladas por el gobierno a las áreas ocupadas por los hutíes, amenazan con exacerbar la crisis humanitaria y con impedir que el gobierno pague a los funcionarios públicos.
Dijo que el gobierno yemení revisará la suspensión de los vuelos comerciales desde el aeropuerto de Saná, así como la llegada de barcos al puerto de Hodeidah, si ese grupo rebelde continúa atacando las instalaciones petroleras y prohíbe el transporte de bienes y servicios de gas desde las áreas controladas por el gobierno.
El gobierno yemení calificó las acciones de los hutíes como una guerra destinada a drenar el dinero del gobierno y obligarlo a rendirse y compartir las ganancias del petróleo con la milicia, así como pagar a los empleados públicos en las áreas bajo su control.
El gobernador del Banco Central de Yemen, Ahmed bin Ahmed Ghaleb, dijo que el gobierno yemení perdió miles de millones de dólares a causa de la intensificación de las medidas económicas tomadas por los hutíes contra el gobierno, incluida la suspensión de las exportaciones de crudo, además de dos mil 800 millones de dólares en ingresos fiscales y aduaneros desde la entrada en vigor del alto el fuego en abril de 2022, cuando las empresas abandonaron los puertos gubernamentales a favor de los controlados por los hutíes.
Los esfuerzos de las partes interesadas y de la comunidad internacional están dando señales de alivio de las tensiones en Yemen. Sin embargo, Hans Grundberg teme que el camino hacia una paz duradera en el país de Oriente Medio sea aún largo y arduo.