La solidaridad y la cooperación internacional son el faro que alumbra el camino

La fragmentación y división de la economía mundial ocasionadas por barreras comerciales, proteccionismo o conflictos de intereses constituyen un gran riesgo para el desarrollo sostenible.

Foto de ilustración (Fuente: Nhan Dan)
Foto de ilustración (Fuente: Nhan Dan)

Para hacer frente a este desafío, las iniciativas de conexión comercial se han vuelto fundamentales para los países, ya que se espera que contribuyan a fortalecer el poder colectivo, diversificar las cadenas de suministro y abrir nuevas oportunidades de desarrollo.

El término "economía fragmentada" se menciona con frecuencia en numerosos análisis sobre la situación mundial. En las últimas conferencias del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), también se ha puesto de manifiesto la necesidad de reavivar el espíritu de solidaridad, cooperación y restauración de la confianza en un mundo fragmentado. La economía mundial entra en un período de incertidumbre, dominado por crecientes tensiones geopolíticas.

Las políticas comerciales de algunos países amenazan con intensificar el proteccionismo y provocar una mayor fragmentación de la economía mundial, lo que debilita la cohesión de las relaciones económicas dentro de un sistema unificado.

En este contexto, la necesidad de que los países colaboren para crear un espacio común que les permita hacer frente a los desafíos se ha convertido en una exigencia urgente. Recientemente se creó la Alianza para el Futuro de la Inversión y el Comercio, integrada por 14 países de varios continentes, como Singapur, Brunéi, Chile, Islandia, Suiza y Marruecos, entre otros, con el objetivo de apoyar un comercio abierto y justo.

Según el Ministerio de Comercio e Industria de Singapur, en medio de los muchos problemas que aquejan a países pequeños y dependientes del comercio como Singapur, esta alianza refleja la confianza de sus miembros en el comercio internacional y, al mismo tiempo, contribuye a reforzar su capacidad de recuperación frente a los embates económicos.

Las acciones para aumentar la conexión económica interregional también han recibido mucha atención por parte de la opinión pública. El Mercado Común del Sur (Mercosur) y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) firmaron recientemente un tratado de libre comercio (TLC), poniendo fin a ocho años de negociaciones. El producto interior bruto combinado de ambos bloques supera los 4,3 billones de dólares. Más del 97 por ciento de las exportaciones de ambas partes se beneficiarán del pacto, lo que promete impulsar el comercio bilateral.

La expansión simultánea de la conectividad entre países refleja cambios profundos e integrales en la situación mundial actual. Una serie de crisis superpuestas, como epidemias, conflictos, cambio climático y guerras comerciales, han generado amenazas comunes para la humanidad, y ningún país tiene suficiente poder ni recursos para hacerles frente por sí solo.

Según Rabah Arezki, director de Investigación del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS) de Francia, la política arancelaria actual de Estados Unidos acelerará el proceso de fragmentación y los países en desarrollo serán los más afectados. La mayoría de estas economías, situadas en África, Asia y América Latina, dependen en gran medida de las exportaciones de productos agrícolas y textiles, entre otros. La imposición de aranceles por parte de Estados Unidos limitará su acceso al mercado estadounidense, por lo que deberán buscar mercados alternativos o promover la creación de nuevas alianzas comerciales.

No obstante, la formación de alianzas económicas y comerciales que reúnan a países de todos los continentes no siempre produce los resultados esperados, principalmente debido a las diferencias en los niveles de desarrollo entre las partes. Los conflictos de intereses también suponen un desafío. Antes de aprobar el TLC entre el Mercosur y la EFTA, surgieron numerosas preocupaciones relacionadas con cuestiones medioambientales y con la creciente presión sobre el mercado interno de los países europeos derivada de la importación de productos baratos de Sudamérica.

Aun así, los acontecimientos recientes en la escena internacional han demostrado una tendencia inevitable e irreversible hacia la cooperación y la integración en un mundo cada vez más incierto. El espíritu de solidaridad y cooperación internacional es el faro que alumbra el camino, ayudando al mundo a salir de la oscuridad causada por las actuales crisis entrelazadas.

Back to top