El mandatario fue recibido personalmente por el presidente de Tayikistán, Emomali Rahmon, en el aeropuerto de Dusambé, y mantuvo una reunión a puerta cerrada con él. En las conservaciones posteriores entre las dos delegaciones, Putin reiteró que Rusia y Tayikistán son aliados fiables y que Moscú cumplirá sus deberes con Dusambé, incluido el relativo a seguridad.
Putin calificó de sumamente positiva la cooperación económica bilateral y resaltó que el comercio bidireccional aumentó más del 17 por ciento en los primeros siete meses de 2025.
Al cierre de la cita, los dos líderes firmaron una declaración conjunta sobre la profundización de las relaciones de asociación estratégica y la alianza entre ambos países, a partir del camino allanado en los últimos más de 30 años.
En el marco de la Cumbre Rusia-Asia Central, Putin y Rahmon, junto a sus homólogos de Kazajistán, Kirguistán, Turkmenistán y Uzbekistán, abordaron una variada agenda que abarcó comercio, transporte, energías, seguridad, migración y hasta políticas relacionadas con el medio ambiente. Se trata de una muestra de la determinación de Moscú por crear un bloque euroasiático unificado.
Tal esfuerzo se puso aún más de manifiesto cuando la parte rusa llamó a Asia Central a seguir intensificando los lazos económicos bilaterales. La meta consiste en elevar sus “dignas pero no suficientes” transacciones comerciales, que apenas superaron los 45 mil millones de dólares en 2024.
Los Estados participantes aprobaron un plan de acción conjunta como manera de ratificar su empeño en aumentar la circulación de bienes, reducir las barreras comerciales, mejorar el entorno de negocios, desarrollar corredores internacionales de transporte, e impulsar el diálogo sobre los asuntos humanitarios, así como sobre la lucha contra el terrorismo y la migración ilegal.
La visita de su jefe de Estado permitió a Rusia unirse a otros países en busca de soluciones a los desafíos compartidos, incluida la migración. La admisión de emigrantes laborales de Asia Central por parte de Rusia se convirtió en un tema delicado tras el trágico atentado contra el complejo moscovita Crocus City Hall en marzo del año pasado, que ejerció una fuerte presión sobre la población rusa ante ese flujo migratorio.
En el caso de Tayikistán, cuyo crecimiento económico depende en gran medida de las remesas de sus trabajadores en Rusia, las garantías de Moscú para esos ciudadanos son especialmente importantes.
La participación del gigante euroasiático en dichos eventos también allanó el camino para la reconciliación y el fortalecimiento de sus lazos con Azerbaiyán, que se habían visto afectados tras el accidente sufrido por un vuelo operado por Azerbaiyán Airlines en diciembre pasado. Cargado de tensiones con Occidente y Ucrania, Moscú no quiere más problemas, en particular los derivados de zonas cercanas.
Por otro lado, gracias a su ubicación geográfica, riqueza de recursos naturales y potencial geoeconómico, cada vez más apreciado, Asia Central acapara la atención de China, la Unión Europea, Estados Unidos y las naciones del Golfo. Centrada en el principio de equilibrio multivectorial, la región está desplegando políticas más proactivas hacia el exterior para diversificar sus relaciones y ampliar el abanico de intereses políticos, económicos y de seguridad.
Considerando los compromisos recién alcanzados con Asia Central, la visita del presidente Putin transmite un resonante mensaje sobre los esfuerzos en aquel sentido, y reafirma la posición y la influencia de Rusia, puestas en entredicho por diversos acontecimientos en la región.