Desbloquear el flujo del comercio

Como uno de los acuerdos de libre comercio más grandes del mundo, el Acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP, por sus siglas en inglés) consolida cada vez más su papel como pilar del sistema comercial global, especialmente en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas y tendencias proteccionistas.

Las empresas vietnamitas deben mejorar su competitividad para aprovechar las oportunidades que ofrece el RCEP. (Foto: NG.NAM)
Las empresas vietnamitas deben mejorar su competitividad para aprovechar las oportunidades que ofrece el RCEP. (Foto: NG.NAM)

Gracias a su fuerte atractivo, el RCEP se encuentra ante un avance histórico, pues muchas economías quieren adherírsele.

A cinco años de su firma y tres de su entrada en vigor, el RCEP se ha convertido en un “imán” para diversas economías del mundo. Malasia, país que ejerce la presidencia de la Asean en 2025, declaró que en la primera Cumbre del RCEP, celebrarse en octubre, los miembros del mecanismo evaluarán las solicitudes de adhesión de algunas economías como Hong Kong (China), Sri Lanka, Chile y Bangladesh. El proceso de expansión del acuerdo ha recibido un amplio respaldo y consenso entre los países miembros.

No es difícil apreciar el atractivo del RCEP, que por ser el mayor acuerdo de libre comercio del mundo en términos de población, el es reconocido como un gigante en el ámbito comercial. Se trata del primer tratado de libre comercio (TLC) que reúne a los 10 países miembros de la Asean, a las tres potencias económicas del noreste asiático -China, Japón y Corea del Sur-, así como a los dinámicos y vastos mercados de Australia y Nueva Zelanda.

El RCEP representa aproximadamente el 30 por ciento del Producto Interno Bruto mundial y brinda acceso a un mercado de casi dos mil 300 millones de consumidores, el 30 por ciento de la población global. Por añadidura, establece un marco clave para la cooperación en el comercio global, lo que contribuye a estabilizar las cadenas de suministro y fortalecer la conexión económica regional.

Como TLC de nueva generación, integral e inclusivo, el RCEP ya ha rendido frutos a sus 15 miembros. Solo tres años después de implementado, ya aumentaba el valor del comercio intrabloque en tres por ciento, una cifra notable en medio de un entorno económico mundial lleno de incertidumbre y creciente fragmentación.

Al contrario al auge del proteccionismo y la antiglobalización, los logros del RCEP demuestran claramente que los países pueden alcanzar la prosperidad a través de la cooperación económica profunda, la liberalización del comercio y las inversiones.

Un estudio realizado por el Banco Asiático de Desarrollo indica que si el RCEP se implementa plenamente hasta 2030, los ingresos de sus miembros podrían aumentar en 0,6 por ciento respecto al nivel actual, y se generarían 2,8 millones de nuevos empleos.

Según el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, el RCEP, junto a otros acuerdos comerciales firmados en la última década, ha originado una gran transformación en el mapa del comercio mundial, donde los países en desarrollo han pasado a ser socios clave y menos dependientes de los mercados desarrollados tradicionales.

Además, el acuerdo también actúa como una motivación para promover un sistema de comercio libre y abierto en la región Asia-Pacífico. El RCEP fue concebido con el objetivo principal de eliminar las barreras arancelarias, aumentar la inversión y facilitar el libre flujo de bienes dentro de la región.

En la incierta situación de la economía global, el acuerdo desempeña un papel crucial y se convierte en un sólido escudo que ayuda a los países a resistir las tormentas arancelarias. Ello contribuye a consolidar la confianza en la cooperación multilateral. Los analistas afirman que la cooperación a través del RCEP ya no es solo una opción adicional, sino que se ha convertido en una política de integración estratégica, flexible y a largo plazo para sus miembros.

Las barreras al libre comercio han aumentado a un ritmo sin precedentes en las últimas décadas, lo que plantea enormes desafíos al desarrollo económico mundial. Por ello, la necesidad de proteger un sistema comercial multilateral abierto, inclusivo y basado en reglas se vuelve aún más urgente.

En ese contexto, el RCEP seguirá siendo una base importante para que los países miembros cooperen, mantengan el flujo del comercio global y avancen juntos hacia un crecimiento sostenible.

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