Un jalón en la transición hacia energías verdes

La hoja de ruta en la transición verde mundial ha registrado un punto de inflexión: en la primera mitad de 2025 las fuentes renovables generaron más electricidad que el carbón.

La central solar de Phu My, en la provincia altiplánica de Gia Lai.
La central solar de Phu My, en la provincia altiplánica de Gia Lai.

El notable viraje se produce porque las energías solar y eólica ya crecen lo suficientemente rápido para satisfacer la demanda ascendente de electricidad y a la vez resolver la cuestión de la seguridad energética al mismo tiempo.

Por primera vez las energías renovables sobrepasan al carbón como la principal fuente de generación eléctrica a nivel mundial. Cabe destacar que la energía solar aumentó su productividad en un 31 por ciento, el mayor ritmo de su historia, y la eólica en un 7,7 por ciento.

El informe más reciente del centro de análisis energético Ember reveló que entre enero y junio de 2025 las referidas alternativas generaron unos cinco mil 72 teravatios por hora (TWh) frente a los cuatro mil 896 TWh del carbón. En igual etapa se reportaron 2,6 puntos porcentuales adicionales a la demanda energética global, equivalentes a 369 TWh, y esta expansión fue ampliamente cubierta por la energía solar (306 TWh) y la eólica (97 TWh). Así, las energías verdes son capaces de igualar el consumo global.

Los principales motores de dicha tendencia provienen de China y la India. El primero ha mostrado una menor dependencia de los combustibles fósiles al liderar el mundo de las energías renovables durante los primeros seis meses del año.

En concreto, el gigante asiático elevó su producción solar y eólica en un 43 por ciento y un 16 por ciento, respectivamente, con lo que reemplazó el 2 por ciento de la electricidad generada a partir de fuentes primarias. En un contexto en el que el cambio climático se presenta como un reto global, China se erige como uno de los pioneros en transición energética y desarrollo de alternativas renovables para la red eléctrica. Este es un paso estratégico de Pekín hacia la materialización de la neutralidad de carbono y el fortalecimiento de la capacidad de adaptación ante los desastres naturales, con el fin de lograr un desarrollo sostenible.

La India también está experimentando una aceleración sin precedentes en el desarrollo de las energías solares y eólicas, que superan con creces la demanda. Sus incrementos, del 29 y el 31 por ciento, respectivamente, han contribuido a reducir el uso del carbón y del gas en un 3,1 por ciento en el país más poblado del mundo.

Las energías inagotables implican una perspectiva cada vez más promisoria, si se considera la demanda alcista de electricidad debido a las condiciones climáticas extremas, el florecimiento de la inteligencia artificial, el auge de los centros de datos, los vehículos eléctricos y las bombas de calor, los principales contribuyentes al crecimiento del 0,7 por ciento del pedido mundial de electricidad en 2024. Además, ostentan un papel clave en la estrategia de los países para garantizar la seguridad energética.

En aras de satisfacer la creciente demanda en el ámbito, numerosos países fomentan la diversificación de las fuentes y tecnologías energéticas, al tiempo que incentivan las inversiones en innovación tecnológica y facilitan el funcionamiento eficaz del mercado para mejorar la flexibilidad, la resiliencia y la estabilidad del sistema eléctrico. Invertir en infraestructuras de la red eléctrica, como sistemas de almacenamiento de energía, microrredes y cables subterráneos, también es crucial para mejorar la seguridad energética.

La Alianza de Energía Global para las Personas y el Planeta anunció recientemente la asignación de unos 7,5 mil millones de dólares entre 2026 y 2030 para apoyar a los países en desarrollo en la transición hacia energías limpias, ambientada en una lucha llena de retos contra el cambio climático, donde sean cada vez más frecuentes y severas las tormentas, inundaciones, olas de calor prolongadas y otros fenómenos meteorológicos extremos.

Una de las estrategias de la entidad consiste en configurar la denominada "Red del Futuro", un sistema de distribución en economías emergentes adecuado para las energías renovables, digitalmente inteligente y financieramente sostenible.

La transición a las energías renovables es considerada un camino inevitable en el desarrollo verde. El impresionante crecimiento de esas fuentes en la estructura eléctrica mundial demuestra que el proceso transita por sendas acertadas. Un desarrollo más vigoroso de las alternativas limpias contribuye a reducir en gran medida las emisiones de gases de efecto invernadero y enciende la esperanza de acelerar la consecución de las metas globales de garantizar la seguridad energética y vencer el cambio climático.

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