Riesgo de crisis energética

Los enfrentamientos continuados entre Israel e Irán en los últimos días han generado una grave inestabilidad en materia de seguridad para la región y han suscitado preocupaciones sobre un nuevo choque económico.

La violencia contra las infraestructuras petrolíferas y gasísticas, así como la amenaza de bloquear el Estrecho de Ormuz, una ruta vital para el transporte mundial de petróleo, han provocado un fuerte aumento en los precios del crudo y el riesgo de una crisis energética es cada vez más evidente.

Inmediatamente después de que Israel lanzara una serie de ataques contra instalaciones nucleares y petroleras de Irán, el precio del crudo Brent aumentó más del 7 por ciento, situándose en los 74,23 dólares por barril. Mientras tanto, el precio del WTI en Estados Unidos se situó en 72,98 dólares por barril, el nivel más alto en los últimos cuatro meses.

La escalada de las tensiones geopolíticas entre Israel e Irán desde el 13 de junio genera una gran preocupación entre los inversores ante el riesgo de interrupciones en el suministro, sobre todo teniendo en cuenta que Irán es uno de los principales productores de petróleo del mundo y exporta principalmente a través de la isla de Kharg, que actualmente está amenazada de ataque.

La consultora energética Ritterbusch and Associates señaló: "El mercado petrolero se encuentra en un compás de espera, ya que el conflicto entre Israel e Irán plantea muchas interrogantes. En consecuencia, los precios del petróleo Brent podrían dispararse hasta los 83 dólares por barril o desplomarse hasta los 68 dólares".

También están aumentando las preocupaciones sobre un posible cierre del Estrecho de Ormuz, lo que interrumpiría la cadena de suministro global, dado que el 20 por ciento del crudo mundial se transporta a través de este canal que conecta el Golfo Pérsico con el Mar Arábigo. La Organización Marítima Internacional (OMI) hizo un llamado inmediato a las navieras para que evalúen la situación de seguridad antes de decidir si transitan por el estrecho.

En su intervención en la reunión anual de seguridad de la OMI, celebrada el 18 de junio, el secretario general, Arsenio Domínguez, afirmó que la resolución de conflictos no entra dentro de las competencias de la organización, pero que esta actuará en caso de producirse impactos negativos en el transporte marítimo.

Expertos del banco ING advirtieron que, si se interrumpía el flujo marítimo a través del Estrecho de Ormuz, el precio del petróleo podría dispararse hasta los 120 dólares por barril. Irán es actualmente el tercer mayor productor de petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, con una producción de aproximadamente 3,3 millones de barriles diarios.

En la reunión de la OMI del 18 de junio también se expresó la preocupación de que el ataque de Israel a la refinería de petróleo y al yacimiento de gas en la costa de Asaluyeh ponga en peligro la seguridad marítima internacional y la cadena mundial de suministro energético, lo que aumentaría el riesgo de escalada en el mar. Los expertos estiman que, si las tensiones continúan aumentando e Irán cumple su amenaza de bloquear el Estrecho de Ormuz, no solo se verán afectados los precios del petróleo, sino toda la cadena de suministro energético mundial.

En esas circunstancias, la inflación global corre el riesgo de resurgir. En tal escenario, los principales bancos centrales, como la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco Central Europeo, podrían verse obligados a posponer sus planes de recorte de tasas de interés debido a la presión de los precios energéticos, lo que ralentizaría la recuperación económica mundial.

Varias economías asiáticas, como India, Pakistán, Indonesia y Bangladés, dependen en gran medida de las importaciones de petróleo de Oriente Medio que transitan por el Estrecho de Ormuz.

Aunque China cuenta con fuentes de suministro más diversificadas, también se verá afectada debido al aumento de los costes de transporte y seguros si el Golfo Pérsico se convierte en un punto caliente militar. Se prevé que los precios del combustible doméstico en Australia (país que no importa petróleo directamente de Irán) aumenten en las próximas semanas debido a la influencia de los índices internacionales de precios. En ese caso, los costes de transporte, agricultura, aviación y construcción podrían subir, lo que generaría presiones inflacionarias.

Si no se realizan esfuerzos diplomáticos oportunos para aliviar las tensiones, la crisis actual en Oriente Medio y el Golfo Pérsico podría llevar a la economía mundial a un nuevo estado de inestabilidad en un contexto en el que muchas economías todavía luchan por recuperarse de la pandemia de la Covid-19 y de los choques comerciales previos.

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