Expectativas y desafíos para la resolución del conflicto en Gaza

El plan de 20 puntos para la paz en Gaza y Oriente Medio recién propuesto por Estados Unidos es considerado el mayor paso diplomático jamás dado por Washington para solventar el conflicto en ese enclave disputado.

Un niño palestino entre los escombros tras un ataque aéreo israelí en la zona de Al-Zawaida, en el centro de la Franja de Gaza, el 25 de septiembre de 2025. (Foto: Xinhua)
Un niño palestino entre los escombros tras un ataque aéreo israelí en la zona de Al-Zawaida, en el centro de la Franja de Gaza, el 25 de septiembre de 2025. (Foto: Xinhua)

Si bien genera expectativas y recibe aplausos de la comunidad internacional, el esquema encara bastante escepticismo en lo que concierne a su viabilidad y al consenso de las partes involucradas.

Los 20 puntos ofrecidos por el presidente estadounidense, Donald Trump, constituyen, a juicio de observadores, una de las iniciativas más abarcadoras presentadas por la potencia norteamericana respecto a Oriente Medio. Sus pilares incluyen el intercambio de rehenes y presos, la creación de un organismo de transición, y la asistencia humanitaria y la reconstrucción.

En realidad, la mayor parte de lo propuesto, sobre todo el intercambio de rehenes y la asistencia humanitaria, no es nada nuevo, o sea, se somete continuamente a debates. Sin embargo, se distingue por hacer referencia a la “autodeterminación” y “un Estado palestino”. A pesar de no mencionar el reconocimiento al Estado palestino, Estados Unidos admitió que su creación es un anhelo compartido por el pueblo palestino.

El plan del presidente Trump, que abarca numerosas fases, recibe una amplia acogida de expertos y de la comunidad internacional. En lugar de limitarse a soluciones militares, busca un proceso integral con medidas tanto de seguridad y humanitarias, como políticas.

Las autoridades palestinas alabaron los esfuerzos del inquilino de la Casa Blanca en pos de la paz y reafirmaron su compromiso de cooperar para poner fin a la contienda en Gaza. Israel, por su parte, insistió en aclarar y sopesar más a fondo la retirada de la franja, pero también se declaró a favor del mencionado plan.

De allanar el camino a un pacto sobre término de la feroz guerra prolongada en Gaza en los últimos casi dos años, la iniciativa de paz se convertirá en una rotunda victoria diplomática de Trump. Al mismo tiempo, reafirmará el papel y la influencia de Estados Unidos en Oriente Medio. Esto queda claro en un detalle de gran relevancia en el plan: el establecimiento de un comité palestino tecnocrático y apolítico responsable de la gestión diaria de los servicios públicos y municipalidades para la población de Gaza, bajo la supervisión de la denominada Junta de la Paz, presidida por el mandatario estadounidense.

A pesar de todo, los observadores consideran que la ambiciosa iniciativa aún no brinda respuestas a una serie de cuestiones importantes y que su viabilidad se ve relativamente frágil. Una de las dudas más planteadas es quién administrará Gaza una vez acabada la guerra. El plan sugiere la creación del comité tecnocrático y la Junta de la Paz, pero sin especificar cómo seleccionar a sus miembros.

Según el plan, Estados Unidos colaborará con socios árabes e internacionales para desarrollar una Fuerza Internacional de Estabilización temporal que se desplegará de inmediato en Gaza con la misión de apoyar a las fuerzas policiales palestinas en ese territorio. No obstante, el público se pregunta cuáles serán los países participantes en la nueva unidad y cómo operará esta en caso de volver a estallar el conflicto entre Israel y el movimiento Hamás.

El consenso de las partes involucradas, originalmente la base para la materialización del plan, también es un asunto que se debe desgranar. En opinión pública, algunas de las disposiciones estipuladas en el esquema de Washington son más favorables para Israel que para Hamás. Será poco probable que Hamás acepte verse privado de su poder sobre Gaza y desarmarse. De acuerdo con Ilan Goldenberg, un exasesor sénior de la Casa Blanca, lo más peligroso es que tanto Israel como Hamás digan sí al pacto “en principio” y luego tarden meses en negociar los detalles, mientras la guerra se prolongue.

Numerosos países han levantado su voz a favor del plan del presidente Trump y anunciado su compromiso de colaborar estrechamente para abrir el “callejón sin salida” en Gaza. Sin embargo, los intentos previos en los que se faltó a la cita con la paz a causa de negociaciones carentes de confianza o aplicadas de manera injusta, llevan al público a ser cauteloso respecto a las perspectivas de éxito de dicha iniciativa.

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