Irán advirtió que responderá con firmeza a esa decisión. Este escenario pone de manifiesto el riesgo de que las medidas de una y otra parte amenacen el frágil destino del acuerdo nuclear firmado por Teherán y las potencias occidentales.
Los países del E3 anunciaron a finales de agosto la activación del mecanismo conocido como “snapback”, en virtud del cual volvieron a entrar en vigor las sanciones que habían sido levantadas en el histórico Plan de Acción Integral Conjunto (PAIC), suscrito en 2015 entre Irán y el grupo P5+1, compuesto por Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos, Rusia y China.
El denominado “snapback” figura en la Resolución 2231 del Consejo de Seguridad de la ONU, que faculta a cualquier signatario del PAIC a restaurar unilateralmente las sanciones de la mayor organización internacional. El grupo E3 acusa a Irán de no cumplir los compromisos establecidos en el acuerdo nuclear de 2015.
Como contrapeso a la decisión de los países del E3, China y Rusia presentaron una resolución conjunta para posponer por seis meses cualquier intento de reimponer sanciones a Irán. Según estos dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, esta prórroga es necesaria para dar espacio al diálogo y evitar la activación del mecanismo de sanciones porque este podría socavar los esfuerzos de la comunidad internacional. El Consejo de Seguridad votó el 26 de septiembre en contra de dicha resolución, lo que implica que todas las sanciones contra Irán previamente congeladas en virtud del PAIC se reimpondrían automáticamente el 28 de septiembre.
La reimposición de las sanciones de la ONU hará que Irán vuelva a estar sujeto a un embargo de armas y a la prohibición de enriquecer y procesar uranio, y de fabricar misiles balísticos capaces de portar armas nucleares. Las medidas también incluyen la congelación de activos y la prohibición de viajar a decenas de ciudadanos y representantes de entidades iraníes, además de la prohibición de suministrar materiales utilizables en el programa nuclear del país.
Aunque los países del E3 habían dado luz verde a soluciones diplomáticas antes de activar las sanciones, Irán mantuvo una postura firme. El líder supremo iraní, el ayatolá Ali Jamenei, afirmó que su país no cederá a las presiones para abandonar el enriquecimiento de uranio. Reiteró, además, que la República Islámica no necesita ni pretende fabricar armas nucleares. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán declaró que la reanudación de las sanciones de la ONU carece de fundamento jurídico y es injustificable, y subrayó que no constituirá una nueva herramienta de presión contra Teherán. Según la parte iraní, en lugar de facilitar el diálogo y la cooperación, las potencias occidentales han optado por un enfoque que solo conduce a un mayor nivel de tensión.
Los recientes desarrollos han obstaculizado los esfuerzos por aliviar las tensiones en las relaciones entre Irán y Occidente. No obstante, Reino Unido, Francia y Alemania reiteraron que seguirán apostando por una solución diplomática para garantizar que Irán no desarrolle armas nucleares, al tiempo que instaron a Teherán a evitar acciones que puedan agravar las tensiones.
Por su parte, Rusia, que no respalda la postura de Estados Unidos y del E3, declaró que no aplicará las sanciones por considerarlas carentes de validez jurídica. A juicio de Moscú, la reanudación de estas medidas refleja la intención de ejercer presión unilateral en lugar de promover soluciones constructivas en el marco del Consejo de Seguridad de la ONU.
La activación del mecanismo de “snapback” por parte del E3 y la decisión del Consejo de Seguridad también repercuten en la cooperación de Irán con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Según el jefe de la diplomacia iraní, con la entrada en vigor de las sanciones quedará sin efecto el acuerdo de inspección de instalaciones nucleares alcanzado con el OIEA. Estos nuevos acontecimientos podrían hacer fracasar el histórico acuerdo nuclear, estancar los esfuerzos para resolver el "expediente nuclear" de Irán y agravar la confrontación entre ese país y Occidente.