Enfriar tensiones en las relaciones comerciales

Las Reuniones de Primavera 2025 del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Grupo del Banco Mundial (BM) se llevan a cabo del 21 al 26 de abril en Washington, la capital estadounidense. Según Josh Lipsky, director sénior del Centro de Geoeconomía del Atlantic Council, las citas de este año son “como ninguna otra” y giran en torno a un solo tema: los aranceles y las negociaciones bilaterales sobre intercambios comerciales.

Las reuniones del FMI y del BM, junto con sesiones paralelas entre líderes financieros del Grupo de los 20, conforman una plataforma primordial para coordinar la adopción de medidas en lo que respecta a las políticas en tiempos de crisis, como las provocadas por la pandemia de Covid-19 y la crisis financiera global de 2008-2009.

Expertos en políticas evalúan que las delegaciones a esos coloquios anteponen la consolidación de sus respectivas economías, para evitar al máximo posibles daños en las relaciones comerciales internacionales. Por su parte, Japón pretende alcanzar un pacto con la Casa Blanca, pues el Gobierno del presidente Donald Trump ha anunciado aranceles del 25 por ciento a los automóviles y el acero, y de hasta el 24 por ciento a otros productos importados desde el país del Sol Naciente.

Dados avances en las conversaciones bilaterales, el ministro nipón de Finanzas, Kato Katsunobu, tiene previsto entrevistarse con su par estadounidense, Scott Bessent, al margen de las reuniones del FMI y el BM, para acelerar el diálogo.

El presidente del BM, Ajay Banga, afirmó que la reducción del gravamen es la mejor opción para todos. Señaló que numerosos países en desarrollo aplican unos aranceles de importación mucho más elevados que los de los países desarrollados, lo cual conlleva el riesgo de represalias, debilita la competitividad y obstaculiza la integridad a la comunidad internacional.

La historia ha demostrado que las economías abiertas tienden a crecer más rápido y son más resilientes frente a las convulsiones. Por eso, se recomienda a los países que negocien con mayor dinamismo las cuestiones comerciales y que eviten erigir barreras en este ámbito.

En el Informe sobre la Estabilidad Financiera Mundial, publicado en las Reuniones de Primavera de 2025, el FMI señaló que los riesgos para la estabilidad financiera mundial han aumentado significativamente debido al endurecimiento de las condiciones financieras mundiales y a la mayor incertidumbre económica. Instó a los reguladores a permanecer vigilantes frente a las crisis latentes.

Según advierte la entidad, las economías emergentes pueden sufrir graves consecuencias por el incremento repentino de los costes de endeudamiento. También es posible que aumente la preocupación de los inversores por la sostenibilidad de la deuda pública y otros factores vulnerables en el sector financiero.

Al margen de las citadas reuniones, el FMI inesperadamente ajustó su pronóstico de crecimiento económico mundial para 2025, bajándolo a un 2,8 por ciento, medio punto porcentual menos que en enero último. Para 2026 previó un tres por ciento, una merma de 0,3.

También revisó a la baja sus previsiones de crecimiento para la economía de EE. UU., reduciendo el ritmo de expansión anunciado en enero en 0,9 puntos porcentuales, hasta el 1,8 por ciento para este año, y continuó reduciendo su previsión de crecimiento para 2026 hasta el 1,7 por ciento. Al mismo tiempo, predijo una inflación más alta en ese país, de tres por ciento y 2,5 por ciento para 2025 y 2026, respectivamente.

Tales pronósticos se atribuyen a que la creciente incertidumbre en materia de políticas provocada por las tensiones comerciales ha disminuido la demanda, explicó la institución.

Pierre-Olivier Gourinchas, economista jefe del FMI, calificó la incertidumbre de las actuales políticas comerciales como un obstáculo tangible para el comercio mundial. Para promover el crecimiento económico mundial, la tarea fundamental de los responsables de las políticas consiste en buscar maneras de enfriar las tensiones en las relaciones comerciales.