Relaciones entre Armenia y Azerbaiyán: Tocando las puertas de la paz

Casi 40 años de conflicto han llegado a su fin tras la reciente firma, por parte de los dirigentes de Armenia y Azerbaiyán, de un acuerdo para restablecer las relaciones diplomáticas y poner fin de manera definitiva a toda forma de hostilidad.

Se ha entreabierto la puerta hacia la paz, aunque para construir la confianza entre dos naciones con décadas de enfrentamientos se requieren acciones concretas y sustanciales más que compromisos verbales.

Con la mediación de Estados Unidos, el histórico acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán fue firmado en la Casa Blanca, marcando un punto de inflexión en los lazos entre ambas naciones del Cáucaso.

Al intervenir en la ceremonia de firma, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, destacó que ambos países habían luchado durante 35 años y ahora eran amigos y lo seguirían siendo por mucho tiempo. Según Trump, Armenia y Azerbaiyán se comprometieron a cesar las hostilidades y a abrir la puerta a las relaciones comerciales, turísticas y diplomáticas, con un compromiso firme de respetar la integridad territorial mutua.

Tanto el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, como el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, expresaron su confianza en un nuevo capítulo de las relaciones bilaterales y en un futuro pacífico y próspero para las generaciones venideras.

Este es el “fruto” que Azerbaiyán y Armenia han cosechado tras una serie de arduas negociaciones que se prolongaron por muchos años. Estos dos antiguos países soviéticos estuvieron envueltos en un conflicto de casi 40 años por el control de la región de Nagorno-Karabaj, situada en el suroeste del territorio azerbaiyano. La zona cuenta con una mayoría de población de origen armenio que quiere separarse y unirse a Armenia.

En noviembre de 2020 se alcanzó un acuerdo de alto el fuego mediado por Rusia, mas los enfrentamientos continuaron después de la firma del pacto. Este resultado era previsible, ya que el acuerdo de 2020 no estableció ningún estatus formal para la disputada región de Nagorno-Karabaj, precisamente el punto neurálgico del conflicto entre Ereván y Bakú.

En 2023 Azerbaiyán recuperó el control total de la región de Nagorno-Karabaj en una ofensiva militar.

Gracias a los esfuerzos de la comunidad internacional, los dirigentes de ambos países se reunieron en varias ocasiones en busca de un acuerdo duradero. Cuando Donald Trump asumió su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, afirmó que pronto llevaría a Armenia y Azerbaiyán a firmar un acuerdo de paz.

El pasado 8 de agosto, con la mediación de Estados Unidos, ambas naciones acordaron restablecer sus relaciones y poner fin de manera definitiva a las hostilidades.

Sin duda, este acuerdo de paz histórico es un gran éxito para Estados Unidos e, individualmente, para Donald Trump.

El primer ministro de Armenia expresó su agradecimiento y afirmó que este acuerdo ha consolidado el legado de Trump como artífice de la paz. Este pacto no solo marca un hito en la política exterior, especialmente en un contexto en el que los esfuerzos de Trump por resolver el conflicto ruso-ucraniano o la guerra de Gaza aún no han producido avances sustanciales, sino que también beneficia a Estados Unidos.

Según Euronews, Ereván y Bakú acordaron otorgar a Estados Unidos el derecho a desarrollar un corredor de transporte estratégico a través del Cáucaso Sur, denominado "Camino Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional". Estados Unidos también firmó un acuerdo con ambos países para impulsar la cooperación en los ámbitos de la energía, el comercio y la tecnología, un paso estratégico que fortalecerá el papel y la influencia de Washington en la región del Cáucaso.

El hecho de que Azerbaiyán y Armenia hayan alcanzado finalmente la paz tras años de conflicto e inestabilidad ha sido acogido con satisfacción por la comunidad internacional. No faltan, empero, quienes se muestran cautelosos sobre las perspectivas de cooperación y paz entre ambos países, considerando que en múltiples ocasiones en el pasado reanudado los enfrentamientos a despecho de los acuerdos.

La Unión Europea subrayó la importancia de adoptar medidas oportunas para no interrumpir el proceso de normalización plena. Los avances actuales son solo los primeros ladrillos en la construcción de un futuro más prometedor y estable para la región del Cáucaso.

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