En medio de la subida de las tasas de interés y la incertidumbre económica, los consumidores canadienses se preparan para una recesión en 2023 con planes para minimizar el gasto.
Al igual que otros bancos centrales, el Banco de Canadá (BoC) ha subido sus tasas de interés este año para estabilizar los precios y contener la inflación en torno al dos por ciento.
Según la agencia de Estadísticas de Canadá, en septiembre pasado, el Índice de Precios al Consumidor del país aumentó 6,9 por ciento interanual, marginalmente más bajo que el alza del siete por ciento reportado en agosto.
Con la actual situación de inflación, los economistas prevén más subidas de tipos de interés para reducir la demanda. Sin embargo, esta decisión lastra la economía canadiense y afecta a muchos sectores, en especial el mercado inmobiliario. De acuerdo con la Asociación Canadiense de Bienes Raíces, las ventas de viviendas cayeron en septiembre 3,9 por ciento respecto al mes anterior, mientras el precio de las viviendas disminuyó 1,4 por ciento.
Pierre-Olivier Gourinchas, economista del FMI, destacó que a la economía canadiense le ha ido bien en la recuperación, pero está expuesta a los mismos vientos que baten a la economía mundial.
El FMI evalúa que el mundo está experimentando una desaceleración generalizada y más acusada de lo previsto, con un crecimiento que se reducirá al 2,7 por ciento en 2023, en comparación al 3,2 por ciento de este año.
El organismo financiero también prevé que la economía canadiense crecerá apenas 1,5 por ciento en 2023. Sus problemas provendrían principalmente de la desaceleración en Estados Unidos, la reducción de los precios de las materias primas y de la energía, así como las medidas de austeridad y las tensiones en los mercados financieros.
Los bancos centrales de muchos países han respondido al aumento de la inflación subiendo las tasas de interés. Esa medida forma parte de la aspiración de mantener los precios bajo control, pero dañará a las economías, dijo Gourinchas. Además, advirtió que el desempleo aumentará a medida que la economía se ralentice.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, se hizo eco de las perspectivas de un futuro económico incierto y reconoció que muchos canadienses enfrentan días difíciles. Mientras, la viceprimera ministra y titular de Finanzas, Chrystia Freeland, advirtió que los próximos meses no serán fáciles debido al aumento de las tasas de interés, que ralentiza el desarrollo de la economía.
El banco Nova Scotia se ha convertido en la última institución financiera en pronosticar una recesión en el futuro cercano de Canadá, pues evaluó que el país experimentará una "recesión técnica" en la primera mitad de 2023.
Ante tal perspectiva, los canadienses planean recortar gastos o retrasar sus compras. Según los resultados de una encuesta a los consumidores canadienses, la mayoría de estos creen que el país caerá en una recesión el próximo año y dijeron que reducirán sus gastos.
El gobernador del BoC, Tiff Macklem, dijo que el camino para que la economía canadiense evite un escenario de recesión se está estrechando, pero el BoC continuará subiendo las tasas de interés incluso si la economía se desacelera y aumenta el riesgo de inestabilidad en el mercado financiero. Declaró que la demanda está superando a la oferta, por lo que el BoC necesita enfriar la economía y reducir la inflación. Se necesita hacer más para equilibrar la oferta y la demanda, especialmente en el mercado laboral, añadió.
Tales consideraciones muestran que Canadá sigue aceptando la compensación del crecimiento económico para contener la inflación.