En su informe ‘Estabilidad financiera mundial’, hecho público el 11 de octubre, el FMI señaló el actual período cargado de retos para la economía mundial, a cuya recuperación amenaza la disparada de los precios y las tasas de interés. Tantas las economías desarrolladas como las emergentes encaran cada vez más problemas.
Según la institución financiera, a fin de refrenar la presión generada por la inflación, los bancos centrales deben accionar categóricamente para bajar esa tasa. Cumplir los compromisos de los planificadores de políticas también juega un rol crucial a la hora de mantener la confianza de la población y evitar la volatilidad mercantil, aseveró.
La advertencia del FMI fue hecha mientras los bancos centrales se esforzaban por controlar la inflación.
La Reserva Federal de Estados Unidos (FED, en inglés) deja abierta la posibilidad de volver a subir el tipo de interés este año. Miembros de su Junta revelaron que el país necesita moderar más veces la tasa de referencia para contener la escalada de los precios.
La inflación en Estados Unidos ha alcanzado el nivel más alto en los últimos 40 años. Según funcionarios de la FED, la estabilización de precios requiere el aumento constante de las tasas de interés y luego el endurecimiento de la política monetaria hasta que la entidad considere posible llevar la inflación a un dos por ciento.
El Banco de Canadá (BOC, en inglés) igualmente calificó de necesario subir la tasa de interés para refrenar el indicador en cuestión. Es una señal de que la institución insistirá en ajustar la política monetaria incluso cuando el crecimiento económico nacional se ralentice y la inflación haya comenzado a bajar.
Suman cinco las revisiones al alza de esa tasa por parte del BOC desde marzo, de un 0,25 por ciento a un 3,25 por ciento, en uno de los ciclos de subida de tipo de interés más fuertes en el país norteamericano. Han aparecido indicios positivos, ya que el Índice de Precios al Consumidor repuntó un 7 por ciento en agosto, menos que el 7,6 reportado en julio y el 8,1 en junio.
Aun así, dicha acción del BOC ha ejercido una enorme presión sobre el crecimiento económico, particularmente sectores sensibles a la tasa alterada como el mercado inmobiliario.
Analistas advirtieron que el precio a pagar por la toma de medidas drásticas contra la inflación es el riesgo de una recesión económica. Altos funcionarios de la FED admitieron recientemente que al restringir la política monetaria su país podría perjudicar a las economías más débiles.
Según asesores del FMI sobre finanzas, el mercado global se encuentra en tensión a causa de que los inversores quieren evitar cada vez más los riesgos considerando una creciente incertidumbre económica y política. Como consecuencia de la política monetaria restrictiva ha caído el valor de los activos financieros, mientras las perspectivas económicas se han vuelto sombrías y ha aumentado el temor por la recesión.
Cabe subrayar que el mercado de bienes raíces en varios países preocupa porque los riesgos puedan extenderse tanto a los bancos como a la macroeconomía. Los mercados emergentes están expuestos a incontables riesgos, desde los altos costos de préstamo y la inflación hasta la volatilidad.
Por su parte, en respuesta a una de inflación de 10 por ciento, el Banco Central Europeo ha aumentado la tasa de depósitos bancarios en 1,25 por ciento y prevé añadir otro 0,75 el 27 de octubre.
El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, advirtió que la tendencia a subir el tipo de interés liderada por la FED supone un riesgo de recesión económica mundial. Los bancos centrales se ven obligados a seguir los repetidos aumentos de la entidad estadounidense para evitar la desvalorización de su moneda frente al dólar.
En su pronóstico más reciente sobre la economía global, el FMI rebajó la tasa de crecimiento y alertó el riesgo de recesión el próximo año. Ese escenario se acerca más a hacerse realidad por dicho reajuste simultáneo de los bancos centrales, según el Banco Mundial.
De acuerdo con expertos, la mencionada medida tendiente a frenar la inflación podría conllevar factores negativos al crecimiento económico y colocar a los países en un dilema en sus esfuerzos por calmar la “fiebre inflacionaria”.