Con un mercado de casi 600 millones de personas y una contribución de alrededor del 15 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial, el CPTPP se está convirtiendo en un "puerto tranquilo" donde muchos barcos económicos buscan refugio de las actuales tensiones comerciales globales.
No es la primera vez que Corea del Sur expresa su intención de unirse al CPTPP. Ya en el periodo 2021-2022 inició un proceso de adhesión y, en aquel momento, se le consideró un candidato prometedor para ingresar en el acuerdo de libre comercio de nueva generación. Sin embargo, el plan se estancó debido a la fuerte oposición de sus ciudadanos, que temían que la apertura de los mercados agrícolas y pesqueros nacionales generara una feroz competencia.
A tres años de la interrupción, Seúl ha reanudado su esfuerzo inacabado. En un reciente comunicado sobre el reinicio del proceso de adhesión al CPTPP, el Ministerio de Economía y Finanzas indicó que esto ayudará a Corea del Sur a establecer una red económica con países que comparten su visión de la política comercial. Sin duda, se trata de una decisión cuidadosamente sopesada. Al igual que muchos otros países, Corea del Sur considera necesaria la expansión de su red de tratados de libre comercio, que formará un escudo sólido para su economía contra el actual tornado arancelario.
Aunque es un aliado cercano de Estados Unidos, el país peninsular no se libra de graves consecuencias derivadas de la imposición de aranceles por parte de Washington. El Banco de Corea, institución bancaria central de Corea del Sur, ha advertido que la tasa recíproca de hasta 15 por ciento aplicado por Estados Unidos ejercerá un impacto perdurable sobre la economía nacional, reduciendo el crecimiento del PIB en 0,45 por ciento este año y en 0,6 en 2026. Las secuelas irán agravándose sin rápidas y adecuadas medidas de respuesta, ya que Estados Unidos es uno de los mayores mercados receptores de los productos surcoreanos.
En tal contexto, el CPTPP se presenta como una puerta de esperanzas para la economía del país este-asiático. De acuerdo con el ministro surcoreano de Comercio, Industria y Energía, Yeo Han-koo, la diversificación de mercados de exportación mediante acuerdos como el CPTPP es un paso estratégico necesario para ayudar al país a sobrevivir la escalada de tensiones comerciales a nivel mundial. La adhesión al tratado fortalecerá aún más la economía surcoreana impulsando su crecimiento, comercio y flujo de inversión extranjera. Expertos anticiparon que la membresía del CPTPP aumentará el PIB de Corea del Sur en un 0,38 por ciento, gracias al acceso a nuevos mercados como Japón y México, países con los que todavía no tiene tratados de libre comercio.
Además de los beneficios económicos, la atracción del CPTPP radica en el hecho de que permite a los firmantes afianzar su posición en el ámbito internacional. Este nuevo acuerdo comercial multilateral de última generación abarca Asia, Oceanía, Europa e incluso las Américas, y cuenta con tres miembros del Grupo de los Siete, cuatro miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y mercados prestigiosos como Australia y México. En un contexto de cambios y una situación geopolítica y de seguridad global imprevisible, la pertenencia a esta alianza es una estrategia para que Seúl reafirme su papel en la región de Asia y el Pacífico, que está emergiendo como un actor importante en el escenario geopolítico mundial.
Las ventajas que prometen el CPTPP han acaparado la atención no solo de Corea del Sur. El Reino Unido ingresó en el pacto en 2023, convirtiéndose en el primer miembro europeo desde la firma del mismo en 2018. China, Indonesia, Costa Rica y otros países también apresuran su adhesión con miras a diversificar las relaciones comerciales, reforzar la cadena de suministro y paliar la dependencia de algunos mercados de exportación tradicionales.