OCS reafirma su papel y esfuerzos en mantenimiento de paz y desarrollo regional

La Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) de 2025 concluyó con la rúbrica de la Declaración Conjunta, en la que se insta a la solidaridad y al respeto para hacer frente a los crecientes desafíos e inestabilidades. Tras alcanzar un consenso sobre cuestiones urgentes, la OCS reafirmó su papel y esfuerzos en el mantenimiento de la paz y el desarrollo regional.

Tras dos días de sesiones en Tianjín (China), el 1 de septiembre, los líderes de la OCS aprobaron la Declaración de Tianjín, que reafirma los principios de respeto a la soberanía, la independencia y la integridad territorial de los países, así como la garantía de la igualdad, el beneficio mutuo y la no utilización de la fuerza ni la amenaza de su uso como base para el desarrollo de las relaciones internacionales.

La declaración apoya el sistema de comercio multilateral y advierte que las amenazas a la seguridad son cada vez mayores.

La OCS se fundó hace 24 años con seis miembros y desde entonces ha crecido hasta incluir diez miembros de pleno derecho, dos observadores y catorce socios de diálogo en Asia, Europa y África. Actualmente, la OCS representa casi una cuarta parte de la superficie terrestre del planeta, el 42 por ciento de su población y una cuarta parte de su PIB.

Si bien en un principio se centró en la seguridad, la agenda de la OCS se ha ampliado para incluir la cooperación energética, la infraestructura, la economía digital y los intercambios culturales. En los últimos 20 años, el comercio entre sus miembros se ha multiplicado por casi 100, por lo que ha pasado de ser una organización regional a convertirse en una fuerza con influencia global.

Con la asistencia de los líderes de China, Rusia, la India, Pakistán, las repúblicas de Asia Central, Irán y Turquía, la Cumbre de la OCS de 2025 en Tianjín ha sido la reunión más grande desde su fundación. Ante los desafíos geopolíticos mundiales, se prestó especial atención a los temas presentados por cada país. La vuelta del primer ministro indio, Narendra Modi, a la conferencia tras siete años de ausencia supuso un paso hacia la mejora de las relaciones entre la India y China. La trascendental reunión permitió a Rusia seguir fortaleciendo sus vínculos con los socios y afrontar las sanciones occidentales en mejores condiciones. Irán, por su parte, buscó posicionarse como un actor regional activo.

En los últimos 20 años, el comercio entre sus miembros se ha multiplicado por casi 100, por lo que ha pasado de ser una organización regional a convertirse en una fuerza con influencia global.

Pakistán, por su parte, hizo hincapié en la seguridad regional, mientras que los miembros de Asia Central se centraron en la integración y la conectividad económica, así como en la diversificación de los lazos diplomáticos. La presencia del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, reafirmó la determinación de Ankara de aumentar su influencia en los foros multilaterales Asia-Europa.

Como anfitrión, China continuó enfatizando que uno de sus principales objetivos es fortalecer la visión de un mundo multipolar. En su intervención en la conferencia, el presidente Xi Jinping instó a los países miembros a promover un orden internacional más justo y razonable basado en los principios de igualdad, beneficio y respeto mutuo. Subrayó que la OCS debe convertirse en un eje de cooperación en medio de los cambios globales.

Aunque los participantes llegaron a Tianjin con diferentes objetivos y prioridades, la conferencia fue un éxito, ya que se adoptó la Declaración de Tianjin, una estrategia a diez años y documentos esperanzadores sobre seguridad, comercio, energía y cooperación cultural. Los líderes también emitieron una declaración conmemorativa del 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial y la fundación de las Naciones Unidas, y admitieron a Laos como nuevo socio de diálogo. La OCS superó las diferencias de puntos de vista y prioridades para elaborar una agenda común que reunió a diversas organizaciones e instituciones con el objetivo de fortalecer las relaciones de vecindad, impulsar la cooperación amistosa y la confianza.

El éxito de esta edición también se refleja en la misión de unificar la conciencia de las partes y proponer una hoja de ruta que permita llevar a la OCS a una nueva etapa de desarrollo de mayor calidad, solidaridad y eficiencia. Al decidir consolidar su posición en tres áreas estratégicas -seguridad, economía y cooperación humanitaria-, la OCS se abre muchas oportunidades para los próximos diez años y crea las bases para un espacio económico común, que incluye la unificación de las normas aduaneras y la creación de "corredores verdes" para el transporte de carga.

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