En su último informe, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) rebajó su previsión de crecimiento mundial a 2,9 por ciento para 2023, ligeramente por debajo del 3 por ciento pronosticado en septiembre. La OCDE proyectó un crecimiento del PIB de 2,4 por ciento para Estados Unidos, 0,6 por ciento para la zona del euro y 0,5 por ciento para Reino Unido este año .
En Asia, las perspectivas económicas son más positivas gracias al "apalancamiento" de las políticas destinadas a estimular el consumo interno, la recuperación de la industria del turismo y el fuerte aumento de los flujos de remesas. Según el Banco Asiático de Desarrollo (BAD), la región crecerá un 4,9 por ciento, impulsada sobre todo por la recuperación económica de China.
En su reciente informe, el BAD reconoció el crecimiento de 46 economías en la región, sin incluir a Japón, Australia y Nueva Zelanda. Auguró que este año Asia Oriental y Asia Meridional crecerán más deprisa, 4,7 y 5,7 por ciento, respectivamente. Mientras, el avance del Sudeste Asiático marcó un 4,3 por ciento, cifra inferior a la previsión del 4,6.
El BAD elevó su previsión de crecimiento del PIB para China en 2023 del 4,9 al 5,2 por ciento. Según las evaluaciones, en el tercer trimestre de 2023la economía de la segunda economía más grande del mundo ha crecido más de lo previsto gracias a la aplicación por parte del Gobierno de políticas de recuperación y desarrollo en el período posterior a la pandemia de Covid-19.
En el caso de Estados Unidos, a pesar de que la Reserva Federal ha subido sus tasas de interés en un esfuerzo por controlar la inflación, la economía ha mostrado una fortaleza superior a la esperada, gracias a un incremento del gasto de los consumidores, respaldado por un sólido mercado laboral.
Según el Departamento de Comercio, el PIB de la mayor economía del mundo creció 5,2 por ciento en el tercer trimestre , el más alto desde el cuarto trimestre de 2021 y muy por encima de la previsión del 4,9 por ciento.
Entretanto, se prevé que América Latina y el Caribe cierre el año con un bajo crecimiento económico -solo 2,2 por ciento-, una tendencia que continuará en 2024. La Comisión Económica para la región (CEPAL) estimó que la economía de la zona crecerá sólo 1,9 por ciento en 2024 debido a la lenta creación de empleo, la persistencia de la informalidad laboral y la brecha de género, entre otros impactos.
La pandemia de Covid-19 y el conflicto en Ucrania han tenido repercusiones en la economía mundial. Aunque la inflación ha descendido, las tasas de interés en las economías desarrolladas no han bajado, por lo que los costos de financiamiento han sido altos y se prevé que esta tendencia se mantenga en los próximos años. Por otro lado, la baja tasa de crecimiento también refleja el "espacio limitado" para la política fiscal y monetaria que enfrentan los países en la región. Según la CEPAL, la creciente deuda pública y los altos costos de financiación han limitado el espacio fiscal.
El Banco Central Europeo rebajó sus previsiones de crecimiento económico para la Eurozona al 0,6 por ciento en 2023, y al 0,8 por ciento en 2024, en ambos casos una décima menos que en su estimación anterior, debido al impacto de las altas tasas de interés.
La OCDE anticipó "un aterrizaje suave" para la economía mundial en 2024, lo que significa que el crecimiento se desacelerará en comparación con este año. También mantuvo su previsión de avance del PIB global previamente publicada en un 2,7 por ciento para el año próximo. Esta será la cifra más baja desde la crisis financiera mundial, sin incluir el primer año de la pandemia de Covid-19.
Sin embargo, se espera que para 2025 la economía mundial mejore y alcance un 3 por ciento de crecimiento. Ello dependerá de la tendencia decreciente de la inflación y la tasa de crecimiento de las economías de la región asiática, y de muchos otros factores, entre los cuales el conflicto Hamás-Israel podría descarrilar la escalada económica mundial en el corto plazo.
La OCDE destacó que el ritmo de crecimiento económico mundial seguirá siendo lento en los próximos dos años. La entidad mantiene la cautela en sus previsiones debido al eventual efecto de los acontecimientos geopolíticos globales, especialmente el conflicto Hamás-Israel. Evaluó que si este se extiende por todo Medio Oriente, la economía mundial enfrentará grandes riesgos de desaceleración y aumento de la inflación.