El Banco Mundial recortó su previsión de crecimiento económico en América Latina y el Caribe del 2,5 al 2,1 por ciento para 2025, debido a la baja inversión, la alta deuda y la creciente inestabilidad mundial, que ha obstaculizado el desarrollo de la región. Ante una serie de graves desafíos relacionados con la seguridad, la economía y la política, los países latinoamericanos están trabajando para fortalecer la cooperación regional.
Las perspectivas de la economía mundial muestran algunos signos positivos, pero en general son sombrías y se espera que afronten desafíos el próximo año. Algunas economías muestran indicios de recuperación, pero es lenta e inestable, mientras que los bruscos cambios en la situación geopolítica frenan el ritmo de crecimiento en algunas regiones.
Especialistas siguen apreciando perspectivas negativas de la economía global. Si bien hay indicios tenues de que la inflación podría ser controlada, la inestabilidad geopolítica continúa provocando convulsiones y muy posiblemente conllevará a la recesión económica. En tal lúgubre panorama, la región de Asia-Pacífico brilla como una farola de recuperación, gracias a sus tratados de libre comercio, efectiva cadena de suministro y costos competitivos.
El servicio ferroviario de pasajeros entre Vietnam y China se reanudó desde el 25 de mayo pasado, tras cinco años de suspensión por la pandemia del Covid-19.