El pronóstico más reciente de la OCDE muestra que el crecimiento en las grandes economías se desacelerará el próximo año por los altos precios de la energía y la creciente inflación, que erosiona el poder adquisitivo y la confianza de los consumidores. Esta organización, con sede en París, también estimó que Estados Unidos y la Eurozona solo crecerían 0,5 por ciento en 2023. El crecimiento económico mundial se ralentizará del 3,1 por ciento en 2022 al 2,2 por ciento el próximo año, antes de recuperarse al 2,7 por ciento en 2024, indicó.
Según la OCDE, la economía mundial ha perdido su impulso debido a los conflictos, la alta inflación, la disminución de la confianza del consumidor y diversos factores impredecibles.
El economista jefe de la OCDE, Álvaro Santos Pereira, dijo que el shock energético ha elevado la inflación a niveles no vistos en muchas décadas y está reduciendo el crecimiento económico en todo el mundo.
De acuerdo con la OCDE, la inflación en los países miembros del G20 se mantendrá por encima del ocho por ciento en el cuarto trimestre de este año antes de caer al 5,5 por ciento en 2023 y 2024, y el mayor batacazo entre las grandes economías europeas lo sufrirá el Reino Unido.
La OCDE prevé que la economía británica se desacelerará 0,4 por ciento en 2023 y estará estancada hasta el 2024, con un expansión del PIB de tan solo el 0,2 por ciento. Además, el país caerá en una espiral de alta deuda pública. Los préstamos del Gobierno aumentaron en octubre debido a las costosas medidas de apoyo a la energía y al aumento de la inflación, según cifras publicadas el 22 de noviembre por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONS).
Específicamente, el endeudamiento neto del sector público ascendió a 13,5 mil millones de libras (16 mil millones de dólares) el mes pasado, en comparación con los 9,2 mil millones en el mismo período del año pasado. Esta es una consecuencia de la decisión tomada por el Gobierno británico para reducir la carga de las facturas de energía y el costo de vida en medio de una alta inflación.
Según la ONS, la deuda pública total del Reino Unido en octubre aumentó a casi 2,46 billones de libras (equivalente al 97,5 por ciento del PIB) debido a los programas de gastos de emergencia por la pandemia de Covid-19 y la reducción de los ingresos fiscales.
Alemania se encuentra en una situación similar y así lo admitió su ministro de Finanzas, Christian Lindner: “Estamos en un período de extrema incertidumbre económica”.
Alemania corre el riesgo de endeudarse más de lo previsto en 2023, pues tendrá que destinar más recursos financieros para hacer frente a una crisis energética que está hundiendo a la economía más grande de Europa en la recesión. El Gobierno pronosticó que el nuevo endeudamiento neto en 2023 ascenderá a 45,6 mil millones de euros, 2,5 veces más que la estimación inicial de 17,2 mil millones de euros.
Santos Pereira enfatizó que la lucha contra la inflación debe ser una prioridad máxima. Recomendó endurecer las políticas monetarias en los países donde los precios siguen altos y fortalecer las medidas para ayudar a las familias y las empresas a evitar que las presiones inflacionarias se agraven.