Riesgo de recesión ensombrece el panorama económico mundial

Las estadísticas de las principales economías del mundo revelan que la preocupación de los mercados es elevada y que el riesgo de recesión se cierne sobre la economía mundial. Varios indicadores sugieren que la economía mundial se está ralentizando, lo que repercute en los mercados.
Foto ilustrativa.
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A pesar de los avances en la resolución del problema del techo de la deuda estadounidense, muchos factores siguen afectando negativamente al crecimiento económico. La Reserva Federal (FED) predijo que la economía del país experimentará una ligera recesión en 2023. Por su parte, el Fondo Monetario Internacional afirmó que la economía china se ralentizará a medio plazo.

Alemania también cayó en una recesión técnica. En los últimos meses, la alta inflación, el encarecimiento de la energía, la congestión de la oferta y el descenso de las exportaciones y el consumo han ensombrecido la economía alemana y provocado fluctuaciones a las leyes del desarrollo económico normal. Las múltiples repercusiones de Covid-19 y el conflicto en Ucrania han llevado a la economía alemana al borde de la crisis.

De acuerdo con el Banco Central de Italia (BoI), el conflicto en Ucrania ha dañado significativamente a la economía de este país y Europa, lo que provoca una caída en la confianza de los consumidores. En el informe económico de 2022, el gobernador de BoI, Ignazio Visco, destacó que la crisis en Ucrania ha disparado los precios de la energía, lo que llevó al Banco Central Europeo a subir las tasas de interés. El funcionario comentó que ese conflicto se considera un punto de inflexión en las relaciones internacionales y afecta gravemente el crecimiento, la inflación y el comercio mundial.

A medida que se desvanecen las expectativas sobre la recuperación económica de China, los precios de las materias primas clave, incluido el cobre, han bajado entre un 20 y un 30 por ciento desde los máximos de este año, afirmó la página japonesa Nikkei. Las fluctuaciones del precio de ese metal se vigilan de cerca por su amplia utilización en infraestructuras, automóviles, productos eléctricos para el hogar y diversas industrias. La fuerte caída de sus precios refleja las preocupaciones del mercado sobre una desaceleración de la economía china, que concentra el 60 por ciento de la demanda mundial de cobre.

En el mercado de bonos estadounidense se observa una anomalía en los rendimientos a corto plazo por encima de los a largo plazo, denominada "inversión de rendimiento". La duración de este fenómeno se considera una advertencia de recesión. Al comparar los bonos del Tesoro de Estados Unidos a dos y 10 años, la inversión de rendimiento ha persistido 226 días hasta el 26 de mayo, el período más largo en los últimos 42 años.

El diferencial de rendimiento entre los bonos del Tesoro a tres meses y a 10 años en un momento se amplió hasta el -1,9 por ciento a principios de mayo. El Banco de la Reserva Federal de Nueva York calculó en 68 por ciento la probabilidad de una recesión en el país, el nivel más alto que antes la crisis de Lehman Brother y la burbuja de las tecnologías de la información.

La situación del transporte marítimo con fletes bajos refleja el menguado consumo de Europa y Estados Unidos. Según la Bolsa de Transporte Marítimo de Shanghái, el flete al contado desde Shanghái a la costa oeste estadounidense en la cuarta semana de mayo fue de 1 398 dólares por un contenedor de 40 pies, y de 859 dólares desde Shanghái a Europa por un contenedor de 20 pies, un 82 y un 85 por ciento menos que en el mismo período del año pasado, respectivamente.

La acumulación de exceso de inventario del sector minorista en Europa y Estados Unidos ralentiza el transporte de mercancías. El caos en las cadenas de suministro causado por la pandemia de Covid-19 obligó a las empresas minoristas a asegurar sus inventarios, mientras el crecimiento del consumo se desaceleraba debido a la inflación. En China se ha debilitado la tendencia de las importaciones de mineral de hierro y carbón y se han desacelerado la oferta y la demanda de tonelaje de carga.

Según los expertos, los signos de optimismo de los primeros meses del año han dado paso a un sentimiento más realista. El descenso del poder adquisitivo, la reducción del número de pedidos industriales y el impacto del endurecimiento de la política monetaria más fuerte en décadas, especialmente el retroceso previsto de la economía estadounidense, han creado un ciclo económico débil que repercute en el crecimiento mundial.