Alemania, motor económico de Europa, ha caído en recesión, y las perspectivas para los próximos meses también son sombrías. El Producto Interior Bruto (PIB) de la nación se contrajo 0,3 por ciento en el primer trimestre de 2023, según cifras de la Oficina Federal de Estadística.
Con una caída del 0,5 por ciento en el cuarto trimestre de 2022, la economía alemana ha experimentado ya dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo y ha entrado oficialmente en recesión técnica.
El motor económico de Europa, Alemania, ha caído en recesión y las perspectivas para los próximos meses también son bastante sombrías. Según los datos de la Oficina Federal de Estadística, el Producto Interno Bruto (PIB) de la nación se contrajo 0,3 por ciento en el primer trimestre de 2023.
El impacto de la inflación, que hace que los consumidores gasten menos en alimentos, bebidas, ropa, calzado y muebles, es lo que está haciendo que la economía de la nación europea se debilite. Se vendieron menos coches nuevos, en parte como consecuencia de la eliminación de los programas de subvenciones por parte del Gobierno a finales de 2017. Además de la baja demanda de productos, en los tres primeros meses se registró un descenso del gasto público.
Según el Instituto Ifo de Investigación Económica, el Índice de Clima Empresarial disminuyó más de lo previsto en mayo, marcando el primer descenso tras seis meses consecutivos de aumentos.
El Índice de Clima Empresarial bajó más de lo esperado en mayo, marcando la primera caída después de seis meses consecutivos de ganancias, según el Instituto de Investigación Económica Ifo.
Según Carsten Brzeski, economista de ING, variables favorables como un invierno cálido, el resurgimiento de la producción industrial tras la reapertura del mercado chino y la consiguiente relajación de las cadenas de suministro son insuficientes para sacar del peligro a la mayor potencia económica de la región.
Los expertos predicen que, si la recesión persiste, Alemania caerá en una verdadera crisis económica. En ese momento, las tasas de desempleo y morosidad crecerían, los productos y la producción se estancarían, y la bolsa y los bancos quebrarían, creando un escenario de pesadilla para la mayor economía de Europa.
La mayor economía del mundo, Estados Unidos, también está a punto de entrar en recesión. Según el Sistema de la Reserva Federal (FED), la economía de Estados Unidos experimentaría probablemente una pequeña recesión este año.
La Reserva Federal predijo, antes de su reunión sobre la decisión de los tipos de interés a principios de junio, que el endurecimiento de las condiciones financieras provocaría una ligera recesión este mismo año. Es probable que después la economía estadounidense se recupere a un ritmo moderado.
Los expertos de la FED pronosticaron que el crecimiento del PIB real del país norteamericano se ralentizará en los próximos dos trimestres, antes de empezar a caer levemente en el cuarto y primer trimestres de 2023 y 2024.
Los principales desafíos que enfrenta la mayor economía del mundo incluyen la alta tasa de inflación, el riesgo de inestabilidad financiera, el débil crecimiento económico mundial y el entorno externo desfavorable.
Los expertos de la FED pronosticaron que el crecimiento del PIB real del país norteamericano se desacelerará en los próximos dos trimestres, luego comenzará a disminuir ligeramente en el cuarto trimestre de 2023 y el primero de 2024.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo el 26 de mayo que una desaceleración causará un ligero aumento en la tasa de desempleo en EE. UU. el próximo año.
Mientras tanto, Comité Federal de Mercado Abierto, el organismo de formulación de políticas de la FED, no logran ponerse de acuerdo sobre qué hacer a continuación para enfrentar los desafíos. Algunos observadores creen que es necesario un mayor endurecimiento de la política en las próximas reuniones para llevar la inflación al dos por ciento lo antes posible.
Otros, sin embargo, sugieren que si la economía sigue por el camino actual, no habrá necesidad de endurecer la política.
Aunque la economía china se está debilitando y se enfrenta a numerosos retos, la potencia asiática sigue considerándose un motor de crecimiento vital para el continente y el mundo.
En una conferencia celebrada en Pekín, Thomas Helbling, Subdirector del Departamento de Asia-Pacífico del FMI, advirtió que el aumento de las perturbaciones geopolíticas podría tener un impacto significativo en el crecimiento económico mundial. En consecuencia, se prevé que la economía china se ralentice a medio plazo.
Las importaciones disminuyeron drásticamente en abril, mientras que las exportaciones se estancaron, lo que indica una demanda apagada tanto en el país como en el extranjero.
Según las cifras de las aduanas chinas publicadas a principios de mayo, las importaciones del país se desplomaron un 7,9 por ciento interanual en abril, muy por debajo de la reducción del 1,4 por ciento del mes anterior. Las ventas al extranjero sólo aumentaron un 8,5 por ciento.
El fuerte descenso en los flujos comerciales generó preocupaciones sobre la demanda externa y los riesgos para la economía china, sobre todo porque aún la recuperación es frágil debido al efecto de las medidas contra el Covid-19 sobre el comercio exterior y al desfavorable entorno externo.
Los analistas coinciden en que la región Asia-Pacífico es la principal fuente de "confianza en el crecimiento" de la economía mundial este año. El comportamiento de la más dinámica de las principales regiones del mundo en 2023 es aún incierto. La perspectiva optimista para las economías de China e India es lo que está impulsando su crecimiento económico. Se prevé que la demanda interna siga siendo el mayor impulsor del crecimiento en Asia este año, al igual que en el resto del mundo.
Aunque el crecimiento económico de China muestra signos de desaceleración, la reapertura de Beijing aún se considera un "salvavidas" para muchas economías asiáticas y mundiales, porque este es el principal factor que impulsa el consumo y las necesidades de la industria de servicios.
Las sombrías perspectivas globales y los inmensos desafíos de este año quedan demostrados por los negros nubarrones que se ciernen sobre las principales economías del mundo y del continente.
En este contexto, los dirigentes de las principales naciones e instituciones financieras deben colaborar activamente para encontrar una voz compartida que permita controlar la inflación, estabilizar las cadenas de suministro, estimular la producción y el consumo y poner en marcha nuevas iniciativas de cooperación a escala regional y mundial. La economía mundial se enfrenta actualmente a numerosos retos e incertidumbres.