Las "turbulencias" del Mar Rojo aún no han amainado

La creciente inestabilidad en el Mar Rojo plantea graves riesgos para el comercio mundial. Las "turbulencias" en esa ruta vital para el transporte marítimo internacional han provocado incrementos de los precios en los fletes, amenazando con una nueva sacudida inflacionista y trastocando la cadena de suministro global.
Miembros de la Guardia Costera de Yemen patrullan en el Mar Rojo, frente a la costa de la ciudad de Mokha en la provincia de Taiz, el 12 de diciembre de 2023. (Foto: AFP/TTXVN)
Miembros de la Guardia Costera de Yemen patrullan en el Mar Rojo, frente a la costa de la ciudad de Mokha en la provincia de Taiz, el 12 de diciembre de 2023. (Foto: AFP/TTXVN)

A pesar de las duras advertencias de muchos países y organizaciones internacionales, los rebeldes hutíes, que controlan gran parte de Yemen, han intensificado sus ataques contra los barcos que navegan por el Mar Rojo. Para hacer frente a la situación, Estados Unidos y los países participantes en la alianza de seguridad en el Mar Rojo emitieron una declaración conjunta en la que instaban a tomar acciones urgentes para frenar los ataques hutíes a buques en esta zona marítima.

El documento afirma que los hutíes serán responsables de las consecuencias si siguen amenazando la vida de los marinos, la economía global y el libre flujo del comercio en las vías fluviales críticas de la región. En una reciente reunión de emergencia para abordar la seguridad en el Mar Rojo, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas señaló que los sucesivos ataques contra embarcaciones en esta navegable vital suponen un gran riesgo no sólo para la estabilidad regional, sino también para las actividades comerciales globales.

Según los analistas, la inestabilidad de la seguridad en el Mar Rojo ha generado riesgos para la cadena mundial de suministro. El Mar Rojo se comunica con el Mar Mediterráneo a través del Canal de Suez, al norte, y con el Golfo de Adén en el Océano Índico a través del Estrecho de Bab al-Mandab, al sur, constituyendo la ruta marítima más corta entre Europa y Asia. Sin embargo, desde noviembre pasado, las fuerzas hutíes han atacado buques en esta zona marítima, entorpeciendo las actividades marítimas internacionales.

Muchas compañías navieras se ha visto obligadas a modificar la ruta de sus barcos o dejar temporalmente de transportar mercancías a través del Canal de Suez. Dos gigantes del transporte marítimo, la danesa Maersk y la alemana Hapag-Lloyd, han anunciado que desviarán sus rutas mercantes del Mar Rojo y el Canal de Suez a África porque los riesgos para la seguridad en el Mar Rojo siguen siendo elevados. El secretario general de la Organización Marítima Internacional (OMI), Arsenio Domínguez, indicó que un total de 18 navieras decidieron modificar la ruta de sus buques para evitar esa zona marítima.

El jefe de la OMI alertó que muchas empresas navieras internacionales han redirigido su flota hacia el cabo de Buena Esperanza, en Sudáfrica, para reducir el riesgo de ataques contra los buques. Esto supone para los cargueros añadir 10 días de media a sus viajes, además de un impacto negativo sobre el comercio y un aumento en los costos de los fletes, señaló.

Los datos de Freightos Terminal, una plataforma internacional de reservas y pagos de transporte, muestran que las tarifas de flete desde Asia al norte de Europa y el Mediterráneo se han duplicado en comparación al momento previo a los anuncios de los desvíos.

Los precios del transporte marítimo han subido dramática y repentinamente, amenazando con provocar una nueva sacudida inflacionista en la economía global. El director general de la naviera estadounidense OL-USA, Alan Baer, ​​advirtió que los consumidores empezarían a notar el pellizco de la subida de precios un mes después de que las tarifas se encarezcan. Los expertos afirman que si la congestión en el Mar Rojo no se resuelve pronto, podría asestar un duro golpe a los esfuerzos de los bancos centrales por controlar la inflación.

Por otro lado, la inestabilidad en el Mar Rojo también amenaza con alterar la cadena de suministro mundial. Como ruta marítima más corta entre Europa y Asia, el Canal de Suez representa alrededor del 12 por ciento del volumen de carga marítima del mundo. Esta es también una vía importante para el transporte de petróleo desde el Golfo Pérsico a Europa y América del Norte. Por lo tanto, las interrupciones del transporte en el Mar Rojo no sólo aumentan el riesgo de escasez de bienes, sino que también afectan los flujos de energía, repercutiendo negativamente en muchas economías, empresas y consumidores.

Según los analistas, Egipto es el país más directamente afectado por la pérdida de decenas de miles de millones de dólares en ingresos procedentes del Canal de Suez, seguido de los principales países productores y exportadores de petróleo y gas de la región, como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

Los atascos en una de las rutas marítimas más importantes del mundo ha aumentado la preocupación por el riesgo de perturbación del comercio internacional. Los analistas dicen que de no resolverse la inestabilidad en el Mar Rojo se obstaculizará la recuperación de la economía mundial.