El conflicto en Ucrania ha interrumpido las exportaciones agrícolas desde ese país, uno de los productores de cereales más importantes del mundo. En este contexto, la Comisión Europea ha propuesto una iniciativa denominada “carriles solidarios”, con la que aspira a facilitar las exportaciones ucranianas y evitar las consecuencias de la crisis en ese territorio sobre la seguridad alimentaria mundial.
Se trata de una medida eficaz para la economía ucraniana, que enfrenta muchas dificultades. Para ese país, las ventas agrícolas son una importante fuente de ingresos. Gracias a la iniciativa, el grano de Ucrania se transporta por carretera a través de los países vecinos de la UE y desde allí a muchas regiones del mundo. Para favorecer a Kiev, la UE suspendió los aranceles y las cuotas sobre las exportaciones ucranianas de cereales a los 27 países miembros de la agrupación.
Sin embargo, una proporción significativa de los productos agrícolas ucranianos, después de ingresar a la UE, no fueron exportados a los terceros destinos, sino que fueron objetos de dumping, lo que afecta directamente al sector agrícola de muchos países del bloque. Miles de agricultores protestaron por la devaluación del precio de los cereales debido a la entrada en la UE del grano ucraniano de bajo coste. Muchos incluso bloquearon con camiones y tractores los convoyes que transportaban grano ucraniano al mercado comunitario.
Polonia, Bulgaria, Rumania, Eslovaquia y Hungría se encuentran entre los países que pusieron restricciones a la entrada de cereales y varios productos agrícolas ucranianos. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, señaló que la importación continua de alimentos ucranianos hará que los agricultores de ese país centroeuropeo sufran grandes pérdidas.
Según Budapest, la prohibición durará hasta finales de junio próximo. Por su parte, las autoridades búlgaras revelaron que una cuantía importante de productos agrícolas ucranianos no se exportaron a un tercer destino, sino que se consumieron en ese país, lo que interrumpe la cadena de suministro nacional. Como resultado, Sofía se vio forzada a imponer una prohibición a la importación de una serie de productos agrícolas procedentes de Ucrania para proteger la agricultura local de las fluctuaciones del mercado.
Con anterioridad, algunos países de Europa Central y del Este como Eslovaquia, Polonia, Hungría, Rumania y Bulgaria, solicitaron a la UE que creara herramientas para apoyar la compra de granos ucranianos de bajo coste, así como aplicar cuotas arancelarias a los rubros agrícolas procedentes de ese territorio al mercado común del bloque.
De acuerdo con el Ministerio de Agricultura de Eslovaquia, la UE debe actuar con rapidez porque la cosecha de cereales comenzará en unos meses. Dado el actual exceso de capacidad del mercado, los países miembros de la agrupación no podrán permitirse almacenar y conservar el trigo que está a punto de cosecharse.
Sin embargo, el veto de algunos países a la importación de cereales ucranianos muestra opiniones encontradas. La CE calificó la medida de una acción unilateral e "inaceptable", y llamó a los países a trabajar juntos para resolver el problema.
Mientras tanto, el Ministerio checo de Agricultura afirmó que su país no tiene planes de respaldar la medida. Según Praga, el impacto de las importaciones agrícolas ucranianas debe ser manejado con una solución sincrónica dentro de la UE, en vez de prohibiciones unilaterales de los países miembros.
El mes pasado, la CE decidió apoyar a Polonia, Bulgaria y Rumania con 53,6 millones de euros para compensar los daños sufridos. Sin embargo, los agricultores de Polonia, Rumanía, Hungría, Bulgaria y Eslovaquia sufrieron pérdidas estimadas en 417 millones de euros. Bajo la presión de algunos estados miembros, la UE anunció en su último comunicado que compensará con 100 millones de euros a los campesinos de los países fronterizos con Ucrania y considerará un plan para limitar la llegada de los cereales procedentes de ese territorio.
El vocero de la CE dijo que el bloque aplicaría las llamadas "medidas defensivas" a ciertos granos y semillas oleaginosas, en particular harina, maíz, semillas de girasol y canola. Según las reglas, la UE puede introducir medidas para limitar las importaciones en parte o todo el territorio del bloque, al tiempo que permite el tránsito.
Según los analistas, el apoyo financiero es una solución a corto plazo para aliviar los desacuerdos entre los estados miembros sobre la importación de productos agrícolas ucranianos. A largo plazo, la UE debe encontrar una solución para equilibrar el mercado agrícola, eliminar las dificultades de los agricultores en los países directamente afectados y facilitar el acceso de los productos agrícolas ucranianos a los mercados fuera del bloque.