La alarmante situación del trabajo infantil

En lugar de ir a la escuela y jugar, cientos de millones de niños en todo el mundo se ven obligados a trabajar, con la responsabilidad de mantener a sus familias sobre sus hombros. Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, que se celebra el 12 de junio, Unicef hizo un llamamiento a los países para que se unan y protejan a los futuros brotes de esperanza.

Los niños necesitan tiempo para estudiar y formarse, no para trabajar y ganarse la vida. (Foto: HAI NAM)
Los niños necesitan tiempo para estudiar y formarse, no para trabajar y ganarse la vida. (Foto: HAI NAM)

A pesar de ser solo una niña de 6 años, Juliet Samaniya pasa todo el día trabajando en minas de litio en Nigeria. Junto con otros menores, trabaja muchas horas en un entorno laboral inseguro y tóxico por menos de un dólar al día.

A medida que aumenta la demanda de litio, un mineral esencial en la fabricación de baterías para dispositivos electrónicos y vehículos eléctricos, proliferan las minas ilegales en Nigeria. Irónicamente, una de las principales fuerzas laborales de estos lugares son los niños.

Juliet es solo una de los aproximadamente 138 millones de niños y niñas de entre 5 y 17 años en todo el mundo a quienes se les roba la infancia por la necesidad de ganarse la vida. Es preocupante que 54 millones de ellos realicen trabajos peligrosos que afectan directamente a su salud física y mental. A la mayoría se les niega la educación, el acceso a la atención médica y los derechos básicos que todos deberían disfrutar.

Estas cifras ponen de manifiesto una cruda realidad: millones de niños siguen sin poder ejercer su derecho a aprender, jugar e, incluso, a vivir de acuerdo con su edad.

El mundo ha logrado avances significativos, con una reducción del número de niños trabajadores de 246 millones a 138 millones desde el año 2000. La región de Asia y el Pacífico ha experimentado el descenso más drástico, con una caída en la tasa de trabajo infantil del 5,6 por ciento en 2020 al 3,1 por ciento. Sin embargo, la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, advirtió que muchos niños todavía se ven obligados a trabajar en minas, fábricas o campos simplemente para sobrevivir. Esta cifra sigue siendo enorme, equivalente a aproximadamente el doble de la población total de Francia.

África subsahariana es la región con la tasa más preocupante con casi dos tercios del total mundial de niños trabajadores, o sea, unos 87 millones. Estas no son solo estadísticas, sino una advertencia. Según las Naciones Unidas (ONU), al contar con una de las poblaciones jóvenes más numerosas del mundo, África posee un enorme potencial de desarrollo.

Se estima que para 2030, alrededor del 50 por ciento de los nuevos integrantes de la fuerza laboral mundial serán africanos. La educación es fundamental para escapar de la pobreza. Por lo tanto, si no se fomenta el adecuado desarrollo de los futuros ciudadanos, la calidad de la fuerza laboral de este continente no mejorará, lo que conducirá a un círculo vicioso de analfabetismo y pobreza que se transmite de generación en generación.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha hecho hincapié en que el trabajo infantil es enemigo del progreso. En 2015, el organismo internacional se marcó el objetivo de erradicar el trabajo infantil en todas sus formas en 2025. Sin embargo, según un informe reciente de Unicef y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), aunque ha llegado la "hora G", el mundo aún no ha alcanzado la meta. Los expertos estiman que, con el lento ritmo actual de mejora, podrían necesitarse cientos de años para erradicar este problema.

La pobreza, el analfabetismo, los conflictos y el cambio climático son las principales causas de que muchos niños en todo el mundo vean privada su infancia y se vean obligados a ganarse la vida. La OIT destacó que muchos focos de conflicto en el mundo tienden a extenderse a medida que la Tierra se calienta, lo que provoca fenómenos meteorológicos extremos como tormentas, inundaciones y sequías, empujando a millones de familias al borde de la pobreza y obligándolas a abandonar sus hogares. En este contexto, muchos niños se ven forzados a dejar la escuela y comenzar una ardua vida laboral.

Para abordar las causas profundas de esta preocupante situación, Unicef y la OIT instan a los gobiernos a crear oportunidades que permitan a todos los niños asistir a la escuela, asegurar medios de vida a las familias vulnerables y poner fin a todas las formas de explotación infantil. Esta es una de las claves fundamentales para que el mundo pueda cambiar la situación y romper el ciclo de pobreza y trabajo infantil.

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