Hace cinco años, la vida de la mayoría de las personas en el mundo se trastocó con la pandemia de Covid-19, que estalló y se propagó. El virus no solo se cobró la vida de millones de personas, sino que también devastó la economía y alteró la vida social mundial. La pandemia también puso de manifiesto las "brechas" que el sistema de salud mundial debe "remendar" a tiempo para seguir adelante. Puede afirmarse que las lecciones aprendidas en la lucha contra el Covid-19 han llevado a los países y organizaciones internacionales a lograr avances notables en la prevención y el control de enfermedades.
Así, se aprecian los logros en la producción y distribución de vacunas. La pandemia de Covid-19 sacó a la luz las graves desigualdades existentes entre países en cuanto al acceso a medicamentos y servicios de salud. En los países ricos, donde se asientan la mayoría de las grandes empresas farmacéuticas, las vacunas son abundantes, mientras que en los países pobres solo pueden acceder a ellas en pequeños volúmenes.
Para cerrar esa brecha, la Alianza Global para Vacunas e Inmunización anunció un Acelerador de Vacunas en África valorado en 1,2 mil millones de dólares. El programa tiene como objetivo apoyar la transferencia de tecnología y reducir las barreras legales, acelerando así la producción de vacunas en el Continente Negro y contribuyendo al objetivo de la Unión Africana de producir al menos el 60 por ciento de las vacunas que necesita el continente para 2040. Además, los países y las organizaciones internacionales realizan esfuerzos constantes para fortalecer el sistema de salud, investigar y desarrollar vacunas de nueva generación y elaborar planes para hacer frente a los problemas sanitarios.
Logros aparte, aún quedan muchas metas por alcanzar. Esto incluye el proceso de negociación de un tratado global sobre pandemias. Iniciado en diciembre de 2021, se espera que el tratado cierre las brechas del sistema de salud mundial, evite la desigualdad en el acceso a las vacunas y los tratamientos y ayude a los países a prepararse para prevenir y responder a futuras pandemias. Sin embargo, los esfuerzos para hacer realidad el pacto se han visto frustrados repetidamente por desacuerdos sobre el intercambio de vacunas, métodos de prueba y tratamientos.
En un discurso reciente, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, instó a los países a finalizar rápidamente el tratado para presentarlo a la Asamblea Mundial de la Salud en mayo. El máximo responsable de la OMS afirmó que los países deben elegir entre actuar ahora o nunca, porque "el tiempo no está de nuestra parte" y la próxima pandemia "es una cuestión de cuándo, no de si ocurrirá".
Las enfermedades siguen siendo una preocupación mundial. En los últimos años, no terminaba una epidemia antes de que comenzara otra. En 2024 se registraron más de 200 brotes en África. Desde finales de 2024, la epidemia de gripe estacional ha ido en aumento en muchos países, desde Asia hasta Europa y América, con un número creciente de infecciones y muertes. La OMS ha declarado una emergencia sanitaria mundial por la viruela del mono, mientras los casos siguen aumentando y propagándose.
Los expertos afirman que, tras la pandemia de Covid-19, es posible e incluso probable que el mundo tenga que enfrentarse a otra, especialmente cuando aparecen cada vez más condiciones propicias para el brote de enfermedades como la contaminación ambiental, el cambio climático, los desastres naturales y los conflictos.
El período más oscuro de la pandemia de la Covid-19 ha quedado atrás, dejando tras de sí mucho dolor y pérdidas, pero también valiosas enseñanzas. Lecciones sobre la solidaridad para superar desafíos, fortalecer el sistema de salud global y estar preparados para responder a emergencias médicas... Son las herramientas que harán que el mundo sea cada vez más fuerte.