En los últimos años, las catástrofes como sismos, tsunamis, inundaciones y sequías, ocurridas en diferentes países con mayor intensidad y frecuencia, dejaron graves daños humanos y materiales e hicieron que retroceder las economias afectadas por décadas.
En el período de 1998- 2017, se registró en el mundo unos seis mil 600 desastres naturales. Se estiman que las pérdidas económicas provocadas por las catástrofes relacionadas con el calentamiento global aumentaron más de 250 por ciento a dos mil 250 millones de dólares en los últimos 20 años.
Por la actual situación, los Gobiernos y las organizaciones internacionales deben adoptar las acciones inmediatas al fin de reducir los riesgos y pérdidas causadas por los desastres naturales. Además de invertir en trabajos preparatorios para las catástrofes, es necesario realizar las medidas oportunas encaminadas a evitar el calentamiento global, el causante del aumento de los fenómenos meteorológicos extremos.
Reducir las pérdidas económicas en los desastres ayudará a millones de personas a salir de la pobreza extrema, así que es uno de los objetivos fundamentales del programa para el desarrollo sostenible propuesto por las Naciones Unidas.