Al reunir a 10 miembros oficiales, a saber, Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Granada, San Cristóbal y Nieves y Santa Lucía, el ALBA-TCP es un mecanismo de integración basado en el espíritu de solidaridad y apoyo mutuo entre países de América Latina y el Caribe.
El bloque se considera una alternativa al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) propuesta por Estados Unidos. Enfrentando una serie de desafíos enormes de la alianza en la actualidad, incluidos la pandemia de Covid-19, las medidas coercitivas unilaterales impuestas contra varios países miembros, el fortalecimiento de los embargos y otros "problemas lógicos" de las economías subdesarrolladas y la crisis climática, los Estados de la región necesitan un alto consenso para encontrar juntos una solución.
Reafirmando invariables compromisos de solidaridad, cooperación, unificación y protección de la paz en las Américas, el país anfitrión, Cuba, afirmó que el Covid-19 fue el hilo conductor de las discusiones de la edición de este año.
Según el secretario ejecutivo del ALBA-TCP, Sacha Llorenti, el consenso político, las medidas de respuesta de emergencia de la región a la pandemia y la necesidad de fortalecer los mecanismos económicos fueron los temas centrales de la conferencia.
Los estrechos vínculos dentro del bloque en cuestiones sociopolíticas se han demostrado en la búsqueda de soluciones a la crisis de la pandemia. La alianza ha tomado acciones para cerrar la brecha en el acceso a las vacunas, así como para hacer frente a las medidas coercitivas impuestas unilateralmente por Estados Unidos contra algunos países miembros como Cuba, Venezuela y Nicaragua.
En un esfuerzo por asegurar el suministro de vacunas contra el Covid-19, Cuba está a la vanguardia en impulsar la cooperación para el envío de suministros médicos entre los países miembros del ALBA-TCP. Esta nación caribeña entregó antivirales contra el mortal virus a algunos miembros del bloque. Esta es la "diferencia fundamental" entre el ALBA-TCP y otras organizaciones de integración regional como la Organización de los Estados Americanos (OEA). Por lo tanto, el ALBA-TCP es considerado por sus miembros como "una alianza de por vida".
La cumbre se llevó a cabo en el contexto de que los países de la región enfrentan muchas dificultades debido al impacto del coronavirus. La ONU publicó recientemente un informe que dice que la tasa de pobreza en las naciones latinoamericanas alcanza el 9,1 por ciento, el nivel más alto en los últimos 15 años. La enfermedad ha golpeado duramente al mercado laboral. La inseguridad alimentaria moderada o grave amenaza a 267 millones de latinoamericanos.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destacó que América Latina y el Caribe enfrentan una grave situación de seguridad alimentaria, y dijo que la tasa de hambre en esta región aumentó casi un 70 por ciento en el período 2014-2020.
En tanto, el principal experto económico del Banco Mundial para América Latina y el Caribe resaltó que el crecimiento de la región será menor de lo esperado y solo logrará el 2,8 por ciento y el 2,6 por ciento en 2022 y 2023, respectivamente.
Como una de las regiones más afectadas por la pandemia del Covid-19, se pronosticó que la recuperación de América Latina se desacelerará y el crecimiento será más lento que en otras zonas del mundo. Frente al desafío común de la región, los países del ALBA-TCP se comprometieron a trabajar por un consenso político con el fin de evitar injerencias externas en los asuntos internos de los miembros del bloque y fortalecer la solidaridad y el apoyo mutuo, así como promover la cooperación para superar los tiempos difíciles actuales.