La escasez mundial de chips informáticos, impulsada por una mayor demanda de productos electrónicos de consumo durante la pandemia de Covid-19, ha interrumpido las cadenas de suministro y obligado a los fabricantes a reducir la producción, especialmente a los fabricantes de automóviles y artículos electrónicos. Por lo tanto, la autonomía en la industria de los semiconductores se ha convertido en una cuestión de vida o muerte para la mayoría de las economías. En consecuencia, la UE lanzó este año un plan de más de 45 mil millones de dólares llamado Ley de Chips, que tiene como objetivo duplicar la participación de Europa en el mercado de semiconductores para 2030 a fin de reducir la dependencia del suministro de Asia.
Las principales economías de Europa, Alemania y Francia, han mostrado su determinación de ser pioneros en la fabricación de semiconductores. Al hablar en la clausura de una Cumbre Digital celebrada en Berlín, el canciller alemán, Olaf Scholz, enfatizó que su país aspira a convertirse en un importante productor de semiconductores en el continente. Destacó que Alemania debe tomar la iniciativa en la reconstrucción de una industria de fabricación de semiconductores competitiva y no debe depender de otros para su infraestructura de computación en la nube, inteligencia artificial (IA) y telecomunicaciones.
Antes, Infineon, el fabricante alemán de chips, había anunciado planes para construir una fábrica por valor de más de cinco mil 250 millones de dólares en la ciudad oriental de Dresde. Se espera que la obra, a inaugurarse en el otoño de 2026, cree unos mil puestos de trabajo y sea apoyado por fondos públicos.
Francia también destinó decenas de miles de millones de dólares en su propio plan para 2030, que se centra en el desarrollo de la industria de semiconductores. El presidente Emmanuel Macron anunció recientemente dicho programa, que prevé invertir cerca de 57 mil millones de dólares durante los próximos 10 años para apoyar la industrialización y la innovación. Según un informe del gobierno francés, la nación aumentó el apoyo financiero a 810 proyectos de 2021, incluida la construcción de una fábrica de semiconductores, el desarrollo de tecnologías de hidrógeno y la producción de computadoras cuánticas.
Mientras, EE.UU. continúa realizando fuertes inversiones para mantener su liderazgo en la industria de los semiconductores. Recientemente el país activó la ley de subvenciones a la producción de chips. El presidente Joe Biden firmó una orden ejecutiva por la que se ponen en marcha subvenciones e investigación en este campo por valor de casi 53.000 millones de dólares.
Según la Casa Blanca, el decreto presidencial establece seis prioridades clave para guiar la implementación y crear un consejo de la Ley interinstitucional de Ciencia y CHIPS compuesto por 16 miembros. Además, invertirá 200 mil millones de dólares a lo largo de 10 años para fomentar las actividades de investigación científica en aras de competir mejor con China. Biden se mostró confiado en que el proyecto ayude a su país a ganar la competencia económica en el siglo XXI.
En octubre, la empresa tecnológica estadounidense IBM prometió invertir 20 mil millones de dólares en instalaciones en el estado de Nueva York, con un enfoque en avances en tecnologías de semiconductores, unidad central, computación cuántica e IA.
En Asia, economías desarrolladas como Japón y Corea del Sur también han intensificado la inversión y la cooperación internacional para mantener su posición como los mayores fabricantes de chips del continente y del mundo.
Algunos países como China y la India también están participando activamente en la carrera mundial por los semiconductores.
El Ministerio de Comercio, Industria y Energía de Corea del Sur afirmó que el país ofrecerá muchos incentivos fiscales y asistencia financiera a los fabricantes nacionales de semiconductores y apoyará la capacitación de 150 mil expertos en el campo. En concreto, hacia 2029, Corea del Sur invertirá más de 950 millones de dólares para desarrollar la industria de semiconductores de IA y más de mil 140 millones de dólares para la industria nacional de "Fabless" (especializada en diseño pero no en fabricación de chips). El objetivo del gobierno es convertir a Corea del Sur en una "superpotencia mundial en la industria de semiconductores".
Algunos países como China y la India también están participando activamente en la carrera mundial por los semiconductores. A medida que Washington endurece las medidas para limitar la capacidad de Pekín de producir chips avanzados, las empresas chinas incentivan la producción nacional para eludir los problemas que puedan causar eventuales cortes de suministro en el extranjero y han logrado un progreso notable.
Según el diario The South China Morning Post, TechInsight, una compañía especializada en análisis de tecnología y propiedad intelectual, la empresa de fundición de semiconductores más grande de China, SMIC, podría producir chips avanzados de 7 nm. La firma está aumentando su capacidad de fundición y planeando construir una cuarta fábrica en Tianjin. Según datos de la Fundación Nacional de Ciencias de EE.UU., China gastó 708 mil millones de dólares en investigación y desarrollo en 2020.
Junto con China, la India también está fuertemente involucrada en la cadena de suministro global de estos circuitos integrados. En septiembre, el gobierno declaró que subvencionaría a las fábricas de semiconductores el 50 por ciento del coste de construcción de las instalaciones de embalaje. La decisión se produce cuando el gobierno del primer ministro Narendra Modi intenta atraer 10 mil millones de dólares en inversiones planificadas para impulsar la producción de semiconductores y pantallas.
Recientemente el conglomerado multisectorial de la India, Vedanta, y el grupo de tecnología, Foxconn, de Taiwán (China) firmaron un acuerdo con el gobierno del estado de Gujarat (oeste de la India) para invertir 19,5 mil millones de dólares en la construcción de plantas de fabricación de pantallas y semiconductores.
El plan del gobierno indio para fomentar la producción de semiconductores ha sido exitoso y atraído a muchos inversores, afirman analistas. La empresa singapurense IGSS Ventures anunció que apostará 3,2 mil millones de dólares a la producción de chips en el estado de Tamil Nadu. Mientras, NextOrbit y Tower Semiconductor, compañías de los Emiratos Árabes Unidos e Israel, respectivamente, firmaron un acuerdo para construir una planta de 2,9 mil millones de dólares en el estado de Karnataka. El gobierno indio dijo que ampliaría los incentivos más allá del plan inicial de 10 mil millones de dólares para aquellas empresas que inviertan en la producción de semiconductores.
Ahora, la tecnología de semiconductores y los chips se consideran "el alma de la economía moderna" y la clave para desbloquear futuros avances tecnológicos. Por lo tanto, la carrera por fabricar semiconductores entre las principales economías está impulsando el desarrollo de la industria global de estos circuitos integrados. Sin embargo, el "reverso de la medalla" es que si la competencia no es justa y las potencias utilizan sus superiores capacidades tecnológicas para ejercer una "hegemonía tecnológica", ello generará riesgos para el desarrollo económico y obstaculizará los avances tecnológicos en función de la civilización y el progreso humano.