“Asegurar nuestra base de mano de obra cualificada es una de las mayores tareas económicas de Alemania en las próximas décadas”, declaró el ministro Federal de Trabajo y Asuntos Sociales, Hubertus Heil, luego de la publicación del borrador.
Según Heil, quedaron casi dos millones de vacantes por cubrir en 2022. Por eso es revolucionario que se haya aprobado una nueva ley que aborda los grandes retos a los que se enfrentan los inmigrantes en Alemania, especialmente los que proceden de fuera de la Unión Europea (UE).
Para contrarrestar el envejecimiento de la población y hacer frente a la escasez de mano de obra en sectores económicos clave, el gobierno alemán tiene como objetivo contratar a 400 mil trabajadores migrantes cualificados al año.
“Cualquiera que pueda contribuir al éxito económico del país como trabajador calificado será bienvenido”, resaltó el ministro federal de Finanzas, Christian Lindner. La reforma podría aumentar el número de empleados de países de fuera de la UE en 60 mil personas al año.
El proyecto de ley refleja una flexibilización de políticas migratorias por el Estado teutón, incluido el permiso a solicitar la nacionalidad después de cinco años de residencia legal en Alemania en vez de los ocho actuales. El plazo incluso puede acortarse a tres años si los aspirantes demuestran su empeño por integrarse a la sociedad local, tal como hablar alemán a la perfección.
La reforma también suprimirá la prohibición de la doble nacionalidad a los ciudadanos no pertenecientes a la UE, o sea, los extranjeros no tendrán que renunciar a su nacionalidad de origen, una condición considerada “línea roja” para varias personas deseosas de adquirir una segunda nacionalidad.
La población alemana ascendió a los 84,3 millones de habitantes en 2022, principalmente a causa de la migración, pero aún vive una crisis de recursos humanos con cada vez más jubilados. Una encuesta a principios de enero último reveló que más de la mitad de las empresas nacionales encaraban dificultades buscando trabajadores calificados.
Mientras, la tasa de naturalización de Alemania es más baja que la de otros países europeos, solo 1,3 entre los mil solicitantes por año frente a la media de 1,6 de la UE. Se estima que 10 millones de los residentes en Alemania, es decir el 12 por ciento de la población, son foráneas y no gozan de derechos fundamentales como el sufragio o el nombramiento para altos cargos del aparato estatal.
Alemania tiene pendientes alrededor de 100 mil solicitudes de ciudadanía, varias de las cuales fueron presentadas hace años. La capital, Berlín, es destinatario de 26 mil de esos formularios.
De acuerdo con el Centro de Competencia para Asegurar la Mano de Obra Calificada, la falta de trabajadores calificados en el país rozó un nivel récord en el primer trimestre de 2023. Solo en marzo hubo 558 mil vacantes, incluidas 88 mil para mano de obra competente, sin candidatos adecuados.
La agencia también advirtió en un análisis el impacto grave del déficit de profesionales calificados sobre el mercado laboral, particularmente en los sectores de salud, servicios sociales y educación.
El Banco Alemán para la Reconstrucción y el Desarrollo publicó una encuesta reveladora de que las tensiones comerciales en el plano internacional y la interrupción en la cadena de suministro seguirán ejerciendo presión sobre Alemania y su economía orientada a la exportación. Pronosticó asimismo una mayor escasez de personal competente como consecuencia del envejecimiento de la población.
Al compartir la opinión, Natalia Banulescu-Bogdan, directora adjunta del Instituto de Política Migratoria de Alemania, admitió que igual que otros países, la locomotora económica de Europa hace frente a una inmensa presión demográfica y una desafiante falta de mano de obra calificada para su futuro.