Las cifras de la Oficina Federal de Estadística (Destatis) indican que la pandemia causó un gran retroceso económico a finales de 2021. Desde octubre hasta diciembre de 2021, la economía retrocedió 0,7 por ciento en comparación con el tercer trimestre y 0,3 por ciento en comparación con los pronósticos debido a los graves impactos de la variante Delta antes de la Navidad y la aparición de la Ómicron en el cuarto trimestre, así como las medidas antipandémicas.
Por lo tanto, tras el crecimiento de la producción en el verano, la recuperación económica de la “locomotora” europea se detuvo a finales de 2021. El consumo personal en el cuarto trimestre disminuyó en comparación con el anterior, principalmente debido a las más estrictas regulaciones antipandémicas aplicadas a los minoristas, restaurantes y proveedores de servicios.
Por otro lado, los gastos gubernamentales aumentaron en el mismo trimestre, mientras la inversión en construcciones disminuyó. En general, en 2021 la económica se expandió 2,8 por ciento, mejor que el pronostico anterior del 2,7 por ciento. No obstante, el hecho no compensa la reducción del 4,6 por ciento desde el brote del Covid-19 en 2020.
Los expertos siguen preocupados por una eventual contracción de la economía y el riesgo de una recesión técnica si el descenso ocurre en dos trimestres consecutivos. La evolución compleja de la pandemia ha obligado al Gobierno alemán a revisar a la baja sus pronósticos para 2022.
De acuerdo con el Ministerio Federal de Economía y Protección del Clima, se prevé que el Producto Interno Bruto (PIB) de Alemania crezca 3,6 por ciento en 2022, inferior al pronóstico del 4,1 por ciento. El aumento repentino del número de infectados por la Ómicron también ha retrasado la recuperación.
Con una economía orientada a la exportación, afectada gravemente por la congestión de las cadenas de suministro global y la falta de materias primas debido a la pandemia, el país transita por una recuperación más lenta que otras grandes economías de Europa.
La industria automovilística se considera la más afectada. Gigantes como Volkswagen, BMW y Daimler se han obligado a recortar la producción en algunas fábricas por la escasez de chips de semiconductores. El daño a la economía alemana se estima en 350 mil millones de euros, principalmente a causa de la reducción de consumo personal y las medidas antipandémicas.
En un contexto en que Europa ha sido un “punto caliente” de la pandemia, los esfuerzos para subir “la cuesta” de la crisis y recuperar la economía aún enfrenta numerosas dificultades.
Según advierten los expertos, una reapertura prematura conllevará el riesgo de aumentar la carga sobre el sistema de salud. Además, incrementar la tasa de cobertura de la vacunación antiCovid-19 aún es uno de los factores importantes para asegurar el control pandémico e impulsar la recuperación.
La restauración de la mayor economía europea solo alcanzará la velocidad esperada cuando se detenga la ola pandemia y se supere la interrupción de las cadenas de suministro. El consumo se considera una fuerza motriz del crecimiento en medio de la recuperación gradual de varias empresas.
Asimismo, las industrias esperan realizar mayores exportaciones en el proceso de recuperación global. Pero incluso si el PIB de Alemania llegue al nivel anterior a la pandemia, las actividades económicas tardarían mucho más en volver al habitual dinamismo.