Preocupaciones por la escasez de recursos humanos

La escasez de recursos humanos sigue extendiéndose por Asia y Europa, obstruyendo la recuperación económica tras la pandemia de Covid-19. La crisis de recursos humanos, derivada de diversas razones, también afecta la seguridad y la estabilidad social debido a una oleada de huelgas.

El Reino Unido tiembla ante una crisis sanitaria sin precedentes. Durante los últimos días, largas filas de pacientes en espera de servicios de salud, ya sea de rutina o de urgencia, pueden verse en todos los hospitales del país. Incluso se registró un récord de 43 mil 792 personas que esperaron al menos 12 horas para recibir atención médica en servicios sanitarios de urgencia.

Numerosos pacientes tienen que esperar en sillas de ruedas en lugar de ser tratados en camas de hospital debido a la aparición de diferentes enfermedades típicas del invierno, junto a la grave brecha de mano de obra en el sector de salud. El número de enfermeras faltantes en el Servicio Nacional de Salud alcanzó un récord de 47 mil.

Otros países como Japón y Australia comparten la preocupación por la escasez de mano de obra. Hasta 286 oficios en Australia caen en la brecha de recursos humanos calificados, desde ingenieros químicos hasta trabajadores de mataderos.

De acuerdo con estadísticas, en agosto último en Australia se anunciaron más de 301 mil puestos de trabajos, un aumento interanual del 37,7 por ciento.

Numerosas empresas japonesas también adolecen de escasez de mano de obra. Según encuestas, hasta el 50,1 por ciento de las compañías enfrenta la falta de trabajadores a tiempo completo. Es la primera vez desde noviembre de 2019 que la tasa de empresas en escasez de recursos humanos supera el 50 por ciento.

Si bien las economías están listas para la recuperación tras la pandemia de Covid-19, irónicamente, la escasez de recursos humanos frena a numerosos sectores.

El síndrome prolongado de Covid-19 se considera una de las principales razones de esta grave crisis. Con síntomas como tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho y palpitaciones, el síndrome, estudiado en profundidad por los científicos, es un factor oculto tras la pandemia.

Pero en realidad el síndrome afecta severamente la salud del paciente y dificulta el regreso al trabajo. Hasta dos millones 100 mil personas en el Reino Unido lo padecen y, según estadísticas, más del 75 por ciento de los ingleses afectados por el síndrome ha reducido la carga de trabajo o cambiado de empleo.

Por otro lado, el entorno de trabajo estresante con alta carga de trabajo y los pocos recursos humanos agotan a las personas tanto físicamente como mentalmente. Otra razón es que el aumento del salario no mantiene el mismo ritmo que la escalada de los precios debido a la inflación.

Esta realidad ha provocado olas de huelgas en el transporte de pasajeros, la salud y las telecomunicaciones, para exigir aumentos salariales y mejores condiciones laborales, lo que lleva a un estancamiento de la actividad económica. También influyen otros factores como el envejecimiento de la población y el cambio de estilo de vida tras la pandemia.

Para aliviar la escasez de mano de obra, Alemania, Corea del Sur y Canadá han aplicado nuevas políticas de inmigración a fin de atraer recursos humanos extranjeros de alta calidad. Australia también ha impulsado la capacitación de los trabajadores a través de programas de aprendizaje gratuitos.

Entre los esfuerzos para resolver la crisis, varias empresas han aumentado los salarios, pero tal medida enfrenta obstáculos debido a la pandemia y la inflación.

Las crisis entrelazadas de alta inflación, cuellos de botella en el suministro de gas y evolución compleja de Covid-19 ensombrecen el progreso de la recuperación socioeconómica mundial.

El grave problema de la escasez de recursos humanos empeora la situación actual. Evidentemente, la crisis de mano de obra es un tema de gran importancia en el período post-pandémico, lo que requiere a los países establecer respuestas flexibles, integrales y a largo plazo en el mercado laboral.