Sector de aviación avizora tormentas

A pesar de sus perspectivas supuestamente brillantes de recuperación después de una suspensión prolongada debido a la pandemia de Covid-19, la aviación mundial enfrenta varios desafíos. En particular, la escasez de mano de obra y los conflictos entre empleados y empleadores están demostrando ser un freno importante para el crecimiento del sector.
Foto de ilustración. (Fuente: AFP/VNA)
Foto de ilustración. (Fuente: AFP/VNA)

En los últimos días, numerosos aeropuertos del Reino Unido y Alemania se han visto paralizados en gran medida por una oleada de huelgas de trabajadores que exigen mejoras salariales.

En el país germano, los aeropuertos de Düsseldorf, Colonia/Bonn, Stuttgart y Karlsruhe/Baden-Baden escenificaron una “huelga de advertencia” del personal de seguridad de la aviación, encargado de gestionar el control de pasajeros, el personal de equipajes y carga, así como los trabajadores del sector público.

El hecho ha interrumpido las operaciones en esos aeródromos, dejando cancelados 681 vuelos en un día solo. Aproximadamente 89 mil pasajeros se vieron afectados.

Mientras, los guardias de seguridad del aeropuerto de Heathrow, en Londres, la capital británica, convocaron a una huelga del 31 de marzo al 9 de abril.

La principal razón del desacuerdo entre los trabajadores y empleadores estriba en que los salarios no siguen el ritmo de la inflación. Los receptores dijeron no poder permitirse un nivel digno de vida con sus actuales sueldos, sin mencionar las facturas de energía muchas veces más altas que antes debido al conflicto en Ucrania.

En ausencia de una voz común de los sindicatos y gobiernos, la oleada de huelgas no solo ha provocado pérdidas económicas a las aerolíneas, sino también inconvenientes a los pasajeros con la cancelación de vuelos “como si fuera de costumbre”.

La sobrecarga laboral y el entorno de trabajo turbulento durante las horas pico son solo algunas de las “piedras en el zapato” que hartan a los trabajadores de la aviación, hasta el punto en que quieren renunciar su cargo. Verdi, una de las mayores fuerzas sindicales de Alemania en el ámbito de servicios, instó a pagar mejor a quienes faenen de noche, los fines de semana, los días feriados y horas extras.

Estados Unidos sufre la misma presión que el Viejo Continente, pues ha urgido a su Administración Federal de Aviación a incrementar el número de controladores de tráfico aéreo para abordar la creciente demanda de pasajeros.

Además, el Departamento de Transporte informó recientemente que recaudaba 117 millones de dólares al servicio de la contratación de mil 800 personas para dicho puesto en 2024. Las aerolíneas nacionales igualmente advirtieron sobre una posible falta de personal en el control del tráfico aéreo.

De acuerdo con expertos, la volatilidad macroeconómica también afecta la industria en cuestión. Las compañías aéreas encaran la fluctuación del precio de petróleo y la escalada de los costos de combustible y repuestos, lo cual ha repercutido sobre la transportación de los pasajeros.

Un ejemplo es el reciente aumento de las tasas aeroportuarias en varias provincias y ciudades canadienses. Endeudados como consecuencia de sus pérdidas por el impacto de Covid-19, varios aeropuertos del país intentan compensarlas con una política de este tipo.

Otro desafío consiste en los compromisos pendientes sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación acústica. KLM, aerolínea de bandera de los Países Bajos, y otras compañías que operan en el aeropuerto internacional Ámsterdam-Schiphol anunciaron que iniciarán procesos legales contra el Gobierno y su plan de limitación de vuelos a favor del clima.

A saber, el Ejecutivo neerlandés decidió reducir desde un máximo de 500 mil vuelos por año, a 440 mil en 2024, con miras a prevenir la contaminación acústica y aportar al cumplimiento de los objetivos climáticos. Entretanto, las empresas demandantes lo consideran dañino para sus negocios y toda la economía nacional.

Se preveía una recuperación espectacular de la industria de la aviación para finales de 2023, alcanzando un tráfico aéreo superior en más de un tres por ciento al de 2019. Sin embargo, las actuales turbulencias harán que el proceso sea definitivamente más precario e impredecible.