En Asia, ya muchas naciones han experimentado olas de calor inusualmente intensas este año. Muchas partes de la India registraron temperaturas de más de 44 grados centígrados a mediados de abril y al menos 11 muertes cerca de la ciudad de Mumbai se atribuyen a golpes de calor.
Dacca, la capital de Bangladesh, también sufrió su día más caluroso durante cerca de 60 años. La ciudad tailandesa de Tak registró un máximo histórico de 45,4 grados centígrados, mientras la provincia laosiana de Sainyabuli anotó una temperatura de 42,9 grados centígrados, la más alta en la historia nacional.
En India y Bangladesh, estos fenómenos meteorológicos extremos solían producirse sólo una vez por siglo. Sin embargo, debido a los efectos del cambio climático, la frecuencia se ha reducido a cinco años. Según los estudios, los fenómenos meteorológicos extremos en Laos y Tailandia se producirán cada 20 años, en lugar de cada dos siglos, si la temperatura global aumenta 2 grados centígrados (un escenario previsible si las emisiones de gases de efecto invernadero no disminuyen rápidamente en los próximos 30 años).
El cambio climático, que provoca el calentamiento global, es la causa de los recientes fenómenos meteorológicos extremos.
Mientras tanto, Malasia reportó 15 hospitalizaciones y una muerte a causa del calor. El gobierno de la nación anunció que está listo para responder al peor de los casos y sigue de cerca la evolución de los fenómenos meteorológicos extremos.
El calor también azota muchas ciudades chinas. A principios de esta semana, muchas localidades del norte, incluida Pekín, sufrieron su primera ola de calor del año y en algunos lugares las autoridades locales tuvieron que emitir avisos naranjas.
Los datos mostraron que las temperaturas de mediados de abril en varias regiones del gigante asiático fueron más altas que el promedio para el mismo período. En áreas famosas por su clima templado como la provincia de Yunnan la temperatura incluso se acercó a los 40 grados centígrados.
En Malasia, el gobierno ha tomado algunas medidas inmediatas para reducir el impacto del calor prolongado como "sembrar nubes", perforar pozos para apoyar áreas con difícil acceso al agua, detener temporalmente las actividades al aire libre en las escuelas, así como proporcionar agua potable gratis en las iglesias.
Los expertos destacaron que el cambio climático, que provoca el calentamiento global, es la causa de los recientes fenómenos meteorológicos extremos.
La Organización Meteorológica Mundial ha advertido de que es probable que el fenómeno de El Niño regrese en los próximos meses, lo que elevaría las temperaturas globales y provocaría nuevos récords de calor. El cambio climático ha multiplicado al menos por 30 la probabilidad de que se produzca una ola de calor sin precedentes que darían lugar a fenómenos tan graves como los de Bangladesh, India, Laos y Tailandia.
Mientras no se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, las temperaturas globales seguirán aumentando y los patrones climáticos extremos serán más frecuentes y severos.
Las probabilidades de que ocurra El Niño a finales de julio y septiembre son del 60 y el 80 por ciento, respectivamente. Este fenómeno provocará cambios en los patrones meteorológicos y climáticos en todo el mundo. No es posible estimar la intensidad ni la duración de El Niño. Este fenómeno fue bastante débil en el período 2018-2019, pero en el de 2014-2016 fue testigo de uno de los más fuertes de la historia.
Mientras no se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero, las temperaturas globales seguirán aumentando y los patrones climáticos extremos serán más frecuentes y severos. El calentamiento global aumenta de manera drástica la frecuencia y la intensidad de las olas de calor, mientras los planes de acción para revertir la tendencia han tardado en implementarse a nivel mundial. Los científicos recomendaron adoptar planes proactivos para responder al clima inusualmente cálido, mientras se acelera la prevención de los factores que causan el cambio climático.