Promueven negociaciones para llegar a un acuerdo contra contaminación por plásticos

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) decidió hacer de la lucha contra la contaminación por plásticos el tema central del Día Internacional del Medio Ambiente (5 de junio). Mientras continúan las conversaciones para alcanzar un acuerdo que ponga fin a la contaminación por plásticos, se hace un llamamiento para salvaguardar la Tierra de esta grave amenaza.
Una gran cantidad de desechos plásticos llegan a la costa de Port Moresby, Papúa Nueva Guinea, el 19 de noviembre de 2018. (Fotografía: Reuters)
Una gran cantidad de desechos plásticos llegan a la costa de Port Moresby, Papúa Nueva Guinea, el 19 de noviembre de 2018. (Fotografía: Reuters)

En un mensaje dirigido a la reunión sobre medio ambiente, efectuada en París del 29 de mayo al 2 de junio, el presidente francés Emmanuel Macron subrayó que la contaminación por plásticos se considera una "bomba de relojería y un desastre."

El mundo ha sufrido las secuelas debido al consumo y la producción insostenibles de plástico, junto con un tratamiento y un reciclado ineficaces de los residuos.

Según el PNUMA, cada año se producen en el mundo unos 460 millones de toneladas de plástico, cantidad que podría triplicarse de aquí a 2060. Preocupantemente, alrededor de dos tercios del plástico producido anualmente se libera al medio ambiente después de haber sido utilizado una o varias veces, mientras que menos del 10 por ciento se recicla.

De acuerdo con el PNUMA, en el mundo se producen unos 460 millones de toneladas de plásticos cada año, una cantidad que podría triplicarse hacia 2060.

Y lo que es aún más preocupante, alrededor de dos tercios del plástico producido anualmente se deseche en el medio ambiente después de usarse una o varias veces, mientras menos del 10 por ciento se recicla.

Los científicos advierten de que la mayoría de los residuos plásticos no se descompondrán hasta pasadas décadas, incluso siglos. Mientras, los materiales plásticos descompuestos permanecerán como microplásticos, absorbidos por los peces y otros organismos, ingresando así a la cadena alimentaria.

Recientes investigaciones muestran que el microplástico se encuentra desde los fondos marinos más profundos hasta los picos más altos como el Everest. En el cuerpo humano, dicho material se ha detectado en la sangre, la leche materna y la placenta.

Según un estudio del Instituto 5 Gyres de Estados Unidos, la cantidad de desechos plásticos vertidos en los océanos ha aumentado drásticamente desde 2005. En 2019 había alrededor de 171 000 billones de partículas de microplásticos flotando en el océano y este número podría triplicarse en 2040 si el mundo no toma medidas más drásticas.

Esta cifra dibuja un panorama desolador de la situación actual de la contaminación por plásticos en el mundo. La directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, subrayó que el hábito de tirar plásticos provoca una grave contaminación ambiental, asfixia el ecosistema terrestre, agrava el cambio climático y repercute en la salud humana.

Según las investigaciones del PNUMA, en 2040 la producción y el uso de plásticos podrían ser responsables del 19 por ciento de los gases de efecto invernadero. Esto supone un gran obstáculo para cumplir el compromiso del Acuerdo de París sobre el cambio climático de limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados por encima de la era preindustrial.

Para proteger la Tierra de los peligros de la contaminación por plásticos, las Naciones Unidas acordaron en marzo de 2022 empezar a negociar el primer tratado internacional sobre esta cuestión.

La reciente reunión en París marcó la segunda de las cinco fases de negociaciones que pretenden lograr un acuerdo histórico sobre la producción y el uso de productos y el tratamiento de los desechos plásticos. El evento atrajo a miles de delegados de 175 países y más de 1 500 científicos y representantes empresariales del mundo.

Según la agenda, las próximas fases tendrán lugar en 2023 y 2024, antes de la aprobación del acuerdo a medianos de 2025.

En París se debatieron normativas como la prohibición de los productos de plástico de un solo uso, la limitación del uso de determinadas sustancias químicas, la reducción de la producción y el consumo, así como una mayor responsabilidad de los productores. A pesar de las diferencias en los objetivos y ambiciones de cada país, se reafirmó la determinación de alcanzar un acuerdo internacional jurídicamente vinculante para prevenir uno de los desastres medioambientales más graves del planeta.

Andersen subrayó que la comunidad internacional tiene hoy una oportunidad única en mil años para acordar la normativa necesaria en apoyo de la prevención mundial de la contaminación por plásticos. Al exhortar al mundo a reforzar las medidas de reutilización y reciclado del plástico y a promover la producción de materiales alternativos, el PNUMA afirmó que estos esfuerzos ayudarán a reducir la contaminación anual por plástico en un 80 por ciento para 2040 y los productos de plástico de un solo uso en un 50 por ciento, contribuyendo a la protección del medio ambiente y de la salud de las personas.