El G20, que reúne a las 20 principales economías del mundo, representa más del 80 por ciento del Producto Interno Bruto mundial, el 75 por ciento del comercio internacional y el 60 por ciento de la población del planeta. El foro nació en 1999 para ayudar a la economía mundial a salir de la crisis financiera en el período 1997-1998 y crecer con fuerza y sostenibilidad. Desde 2008, los dirigentes de las principales economías mundiales empezaron a asistir a la Cumbre del G20 para debatir temas de desarrollo.
Economía global frente a los retos
Según el presidente de Indonesia, Joko Widodo, su país afronta el mandato presidencial más difícil en la historia del G20. Este año, la cumbre del grupo se llevó a cabo cuando el mundo enfrenta numerosas crisis entrelazadas, complejas e impredecibles al mismo tiempo. Además de las repercusiones a largo plazo causadas por la pandemia del Covid-19, el mundo se enfrenta a los crecientes riesgos derivados del cambio climático, la crisis generada por el alza de los precios de los alimentos y la energía, las interrupciones de la cadena de suministro y las tensiones geopolíticas.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), la inflación global subirá al 8,8 por ciento en 2022, frente al 4,7 por ciento registrado en 2021, a causa de una combinación de factores interrelacionados, incluida la pandemia de Covid-19, las interrupciones en la cadena de suministro global, la escalada del conflicto en Ucrania, la crisis energética y el alza record de los precios de los combustibles.
Cuando los bancos centrales de todo el mundo aumentan simultáneamente las tasas de interés para responder a la inflación, el mundo podría estar avanzando poco a poco hacia una recesión mundial. Debido a los desacuerdos sobre el conflicto en Ucrania, la Reunión de ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20, celebrada en julio pasado en Indonesia, no logró emitir una declaración conjunta sobre la inflación, la escasez de alimentos y el lento crecimiento económico.
El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, señaló que esta edición de la cumbre del G20 se desarrolló en un momento en que el mundo se encara un grave desastre climático. Al recordar que ese grupo es responsable del 80 por ciento de las emisiones globales, instó a sus miembros a ampliar la Iniciativa de Pagos Diferidos (DSSI) para que muchos países en desarrollo, incapaces de pagar sus deudas, tengan más recursos y tiempo para equilibrar las prioridades de desarrollo y ponerse al día con las tendencias globales, como la reducción de emisiones y la transición energética.
En una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro de Singapur, Lee Hsien Loong, justo antes de la magna cita, el canciller alemán, Olaf Scholz, subrayó que resultará difícil para el grupo lograr un consenso sobre cuestiones globales, incluido el conflicto en Ucrania. Compartiendo esta opinión, el premier singapurense dijo que es posible que el G20 no logre un gran avance en temas clave. Sin embargo, mostró su esperanza de que las partes acuerden una dirección común para la mayoría de los asuntos. Entre los temas más apremiantes de la cita destacan el cambio climático, la seguridad y la economía mundial y el conflicto en Ucrania.
Catalizador para la recuperación económica
Bajo el lema "Recuperarse juntos, recuperarse más fuerte", propuesto por Indonesia, la magna cita centró sus debates en tres temas prioritarios para una recuperación fuerte y sostenible, incluida la arquitectura sanitaria global, la transición energética sostenible y la transformación digital. Según el presidente rotativo del G20, la recuperación beneficia no solo a las economías integrantes, sino también a las de fuera del bloque, incluidos los países en desarrollo, los pequeños Estados insulares y los grupos vulnerables. Por lo tanto, la reunión centró su atención en los países en desarrollo de Asia, África y América del Sur, así como en las pequeñas naciones insulares del Pacífico y el Caribe.
De acuerdo con expertos en salud, la pandemia de Covid-19 no ha acabado y la estrategia para lograr la vacunación mundial contra la enfermedad sigue siendo una prioridad máxima. También hicieron hincapié en la urgencia de cerrar la brecha de financiamiento y fortalecer la capacidad de distribución y gestión de vacunas de los países en desarrollo. Indicaron que las amenazas mundiales a la salud requieren fuertes respuestas multilaterales y multisectoriales y que las dificultades generadas por la pandemia aconsejan fortalecer la estructura sanitaria mundial para responder mejor a futuras crisis sanitarias.
La transformación digital se considera una de las soluciones clave para transformar las economías durante la pandemia y se ha convertido en el nuevo motor del crecimiento económico. Sin embargo, según especialistas, este proceso está transcurre más rápido que la capacidad de adaptación del gobierno, especialmente en muchos países en desarrollo. La brecha digital conducirá a una mayor desigualdad socioeconómica, por lo que el G20 se centra en mejorar la alfabetización y las habilidades digitales para garantizar una transformación digital integral y multidimensional que incluya las áreas tecnológica, económica, educativa y social.
La transición energética fue uno de los principales temas sometidos a debate en esta edición. Como presidente del G20, Indonesia ha acelerado la transición energética con el cierre de las centrales eléctricas de carbón como máxima prioridad. El país insular también invitó a las partes a establecer una asociación en materia de energía limpia, a fin de ayudar a los países en desarrollo a atraer miles de millones de dólares en fondos internacionales para reducir la dependencia de las fuentes de combustibles fósiles y, al mismo tiempo, promover la transición y el equilibrio ecológico.
Pese a los acontecimientos que ensombrecen el panorama económico mundial, la cita registró señales alentadoras gracias a los esfuerzos de las principales economías del planeta para responder a los retos globales. El nacimiento de iniciativas como la Alianza Global de Finanzas Mixtas, el Fondo de preparación ante posibles pandemias y el Acelerador del Acceso a las Herramientas contra el Covid-19, junto con una serie de compromisos sobre la respuesta al cambio climático, son avances importantes para encontrar una voz común entre las economías miembros del grupo.
En especial, el primer cara a cara entre presidente estadounidense, Joe Biden, con su homólogo chino, Xi Jinping, al margen de la cumbre, fue uno de los principales puntos de interés de la reunión de Bali. Ambos líderes se comprometieron a mantener una comunicación más frecuente a pesar de numerosas diferencias en las relaciones bilaterales.
En su discurso inaugural de la cumbre, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, señaló que la colaboración es la única solución a los desafíos globales. Según el mandatario indonesio, el G20 debe ser el catalizador de la recuperación económica inclusiva y el éxito de la Cumbre de Bali es una responsabilidad compartida de todos los miembros del grupo.