Desde el estallido de los enfrentamientos entre el ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) a mediados de abril, han muerto al menos 700 personas y cientos han resultado heridas, la mayoría civiles, según Naciones Unidas (ONU).
La capital sudanesa, Jartum, y otras áreas metropolitanas se han convertido en campos de batalla debido al conflicto armado, desplazando a cientos de miles de personas de sus hogares.
Manahil Salah, un obrero de 28 años que fue trasladado en avión desde Port Sudan a los Emiratos Árabes Unidos (EAU), dijo que, a pesar de haber sobrevivido, le entristece increíblemente que sus familiares sigan varados en Sudán.
Abdulkader, de 75 años, dijo que tuvo suerte de viajar a Abu Dabi, pero lo que está pasando en Jartum, donde pasó toda su vida, causa un dolor indescriptible.
Según Reuters, miles de personas están tratando de salir de Puerto Sudán en barcos con destino a Arabia Saudita, pagando costosos vuelos comerciales a través del único aeropuerto operativo del país o tomando vuelos de evacuación.
La ONU ha expresado reiteradamente su preocupación por el impacto inmediato y a largo plazo de los enfrentamientos armados en Sudán y en toda la región.
La Agencia de la ONU para los Refugiados calculó que necesitará 445 millones de dólares para ayudar a las 860 mil personas que podrían huir de Sudán de aquí a octubre por los combates entre el ejército y los paramilitares.
Sin embargo, los recursos para la asistencia se están agotando porque, incluso antes de que estallara la violencia, la mayoría de las operaciones en las naciones que acogen a los desplazados siempre andaban escasas de dinero y, para 2023, sólo tenían acceso a alrededor del 15% de la financiación necesaria para cubrir sus necesidades.
El secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU, Martin Griffiths, señaló que la situación humanitaria en ese país está llegando a un punto crítico. Los artículos de primera necesidad escasean, especialmente en Jartum. El costo de salir de las áreas más afectadas ha aumentado exponencialmente, dejando a los más vulnerables sin acceso a lugares seguros.
Según el Programa Mundial de Alimentos, en los próximos tres a seis meses habrá en Sudán entre dos y 2,5 millones más de personas en situación de inseguridad alimentaria grave, con lo que el total elevará a 19 millones.
El Fondo de la ONU para la Infancia informó que más de un millón de vacunas contra la poliomielitis han sido destruidas como resultado de los saqueos en esa nación durante el recrudecimiento de la violencia.
Desde el comienzo de los enfrentamientos en abril pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha verificado 258 ataques contra instalaciones de sanidad. Según ese organismo, más del 60 por ciento de los centros sanitarios del país están cerrados.
La OMS también prevé más muertes en ese territorio africano por brotes de enfermedades y ausencia de servicios esenciales
Ante semejante situación, junto a las propuestas destinadas a poner fin al conflicto, la comunidad internacional ha aunado esfuerzos para apoyar al pueblo sudanés.
El Consejo de Derechos Humanos de la ONU anunció que el próximo 11 de mayo celebrará una sesión especial para tratar el actual conflicto en Sudán.
Más de 50 países han apoyado la propuesta, en medio de un feroz conflicto que amenaza gravemente la vida de las personas en este territorio sumido en la pobreza desde hace muchos años.
Los analistas aseguran que, sin acciones rápidas de la comunidad internacional y las partes en conflicto, la crisis humanitaria se generalizará cada vez más, sacudiendo la vida de la población sudanesa y extendiéndose a los países vecinos.