Los océanos cubren más del 70 por ciento del área de la Tierra y son una suerte de enormes pulmones que suministran alrededor de la mitad del oxígeno al planeta. También absorben el 30 por ciento del dióxido de carbono (CO2) emitido por los humanos, lo que contribuye a disminuir el calentamiento global.
Los océanos también son una fuente de proteínas para miles de millones de personas. La vida de unos tres mil millones dependen de los ecosistemas oceánicos y costeros. Otros 680 millones viven en zonas costeras bajas, una cifra que llegará a mil millones hacia 2050. Aproximadamente las cuatro quintas partes del comercio global se realiza por vía marítima.
Pero según Naciones Unidas, el ser humano saca de los océanos más de lo que puede reponer. La contaminación, la sobreexplotación y los impactos del cambio climático están agotando los recursos oceánicos. Alrededor del 90 por ciento de las grandes poblaciones de peces han desaparecido, y la mitad de los arrecifes de coral han sido destruidos.
Los humanos no cesan de arrojar basura a los océanos. Un informe del Fondo Internacional para la Conservación de la Naturaleza acerca de los impactos de los residuos plásticos sobre los océanos, reveló que los desperdicios plásticos están presentes en las zonas más lejanas y primitivas de la Tierra, como los témpanos del Polo Norte y en la barriga de los peces que habitan la Fosa de las Marianas, el lugar más profundo del planeta.
Según el estudio, cada año a los océanos se lanzan de 19 a 23 millones de toneladas de plásticos, el 60 de los cuales son de un solo uso. Se prevé que hacia 2040 la producción de plásticos se duplicará y la presencia de la basura de ese origen en los océanos se triplicará.
Científicos de las universidades estadounidenses de Washington y Princeton advirtieron en un artículo publicado en la revista Science que si la humanidad no limita las emisiones de gases de efecto invernadero, en 2300 la vida en los océanos sufrirá una extinción masiva similar a la peor ocurrida en la Tierra hace unos 250 millones de años.
A propuestas de Canadá en la Cumbre de la Tierra celebrada en la ciudad brasileña de Rio de Janeiro, el Día Mundial de los Océanos se celebra desde 1992. En 2009, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió declarar al 8 de junio Día Mundial de los Océanos, con el fin de mejorar la conciencia pública y la gestión de los mares y océanos.
El presente año se considera clave en la protección de los océanos con una serie de eventos a su favor. El mundo está entrando en el segundo año de Decenio de las Ciencias Oceánicas para el Desarrollo Sostenible, lanzada por las Naciones Unidas, con el objetivo de impulsar las iniciativas para proteger de manera sostenible los océanos.
La Conferencia sobre los Océanos de las Naciones Unidas, programada del 27 de junio al 1 de julio en Lisboa, la capital de Portugal, será una gran oportunidad para reafirmar las metas de conservación y uso sostenible de los océanos, mares y recursos marinos.
En un mensaje en ocasión del Día Mundial de los Océanos, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres urgió a la humanidad a aprovechar esta excepcional oportunidad de ajustar las relaciones con la naturaleza, incluidos los mares y océanos. Guterres pidió a todo el mundo unirse y tomar acciones para proteger los océanos de la misma manera que el mundo ha luchado contra la pandemia de Covid-19.