Esta maniobra supone un punto de inflexión en la alianza estratégica integral entre ambos países y busca proteger el Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC). El objetivo es convertir a América del Norte en la economía más atractiva del mundo.
Suscrito durante la reciente visita de dos días a México del primer ministro canadiense, Mark Carney, el pacto apunta a profundizar las relaciones bilaterales, fortalecer el comercio y la cooperación en la construcción de infraestructuras como puertos, ferrocarriles y corredores energéticos, así como combatir el crimen y proteger el medio ambiente.
El acuerdo también incluye un plan para una misión comercial a México y destina 9,9 millones de dólares a proyectos liderados por las Naciones Unidas para combatir el narcotráfico y apoyar la inserción de los migrantes.
Cabe destacar que los dirigentes mexicanos y canadienses se comprometieron a mantener su asociación con Estados Unidos. La presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, se mostró optimista respecto al futuro del T-MEC, a pesar de que Washington desea renegociar el acuerdo para dar más ventajas a los fabricantes estadounidenses.
Se espera que esta, la primera visita de un primer ministro canadiense a México en ocho años, impulse los vínculos bilaterales hacia una nueva etapa. Canadá es actualmente el quinto mayor socio comercial de México, mientras este es el tercero entre los mercados de Canadá en la región de América Latina.
En 2024, el comercio bilateral alcanzó los 31,8 mil millones de dólares. La ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, Anita Anand, indicó que ambas naciones acordaron elaborar un plan para robustecer los lazos en diversos ámbitos, enfocándose en aspectos como cadenas de suministro resilientes, corredores comerciales interportuarios, inteligencia artificial, economía digital y seguridad energética.
La visita del primer ministro canadiense a México se produce en un momento en que las tres naciones norteamericanas han iniciado consultas antes de evaluar el desempeño del T-MEC, previsto para 2026. Además de mejorar las relaciones bilaterales, los dos dirigentes buscan una postura común de cara a las negociaciones comerciales con Estados Unidos.
Estas revisiones del acuerdo de libre comercio de América del Norte se dan en un momento en que, el 1 de agosto, Estados Unidos decidió imponer un arancel del 35 por ciento a varios productos importados de Canadá, frente al 25 por ciento anterior. Si bien más del 85 por ciento del comercio entre Canadá y Estados Unidos está actualmente libre de aranceles, Ottawa argumenta que los bienes que cumplen con el T-MEC deberían seguir bajo protección.
Tras la decisión de Washington de imponer aranceles a ciertos productos fuera del T-MEC, Canadá ha iniciado negociaciones con Estados Unidos para alcanzar un nuevo acuerdo comercial bilateral. Ottawa adopta un enfoque más moderado en las negociaciones comerciales con Estados Unidos y se centra en áreas estratégicas aún sujetas a gravámenes, como el acero, el aluminio, los automóviles y la madera. El sector empresarial canadiense ha instado al Gobierno a priorizar el éxito de dicha revisión y la extensión del T-MEC, considerándolo una herramienta clave para proteger la economía frente a medidas proteccionistas.
Mientras, México logró evitar por el momento un arancel del 30 por ciento gracias a un acuerdo que permite prorrogar las negociaciones con Estados Unidos. Después de diálogos de alto nivel, Washington concedió una extensión de 90 días antes de aplicar formalmente la medida arancelaria contra México, y se comprometió a ajustar las barreras no arancelarias para evitar nuevos conflictos comerciales.
México, la segunda economía más grande de Latinoamérica después de Brasil, depende en gran medida de Estados Unidos, destino de más del 80 por ciento de sus exportaciones. Sin embargo, Washington mantiene aranceles del 25 por ciento al sector automotriz y del 50 a los productos de acero y aluminio mexicanos. La presidenta Sheinbaum ha expresado el deseo de alcanzar condiciones más favorables en los nexos comerciales con Estados Unidos.
La revisión del T-MEC podría transformar profundamente el entorno comercial si Estados Unidos continúa endureciendo sus condiciones preferenciales. En este contexto, además de adoptar un enfoque más conciliador hacia Washington, el fortalecimiento de la cooperación entre México y Canadá, junto con su compromiso de defender el T-MEC, ofrece una perspectiva optimista sobre el mejoramiento de las condiciones del comercio con la mayor economía del mundo, contribuyendo así a garantizar un flujo comercial estable en América del Norte.